El Papa Francisco envió un mensaje a la Iglesia venezolana exhortando a que contribuya al diálogo y establezca «puentes» que ayuden a resolver la grave crisis que atraviesa Venezuela, en días en que el gobierno de Nicolás Maduro prepara el terreno para avanzar con la realización de una Asamblea Nacional Constituyente convocada como última medida para descomprimir la situación de su país.

El mensaje de Francisco, en un lenguaje de concordia y corrección política, es también leído como un tiro por elevación a la oposición, a la cual criticó días atrás argumentando que estaba «dividida» y esa condición evitaba llegar a la resolución de los conflictos. La carta, reflejada por la Agencia Católica de Informaciones y recogida ayer por pocos medios locales, tiene fecha del viernes 5 de mayo, es decir, el mismo día en que la presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) rechazó la propuesta de convocar a una Constituyente a la que llamó «sectorizada», «innecesaria» y «peligrosa para la democracia» del país.

En sintonía con la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), el episcopado afirmó que la decisión del gobierno chavista «no apunta a resolver los grandes problemas de la población, sino a prolongarse en el poder». Los obispos incluso convocaron a los venezolanos «a no resignarse, a levantar su voz de protesta, pero sin caer en el juego de quienes generando violencia quieren conducir al país a escenarios de mayor confrontación con el fin de agravar la situación y mantenerse en el poder», expresaron en su comunicado del viernes.

Como respuesta a esa posición, el texto del Papa dice a los obispos: «Agradezco su continuo llamamiento a evitar cualquier forma de violencia, a respetar los derechos de los ciudadanos y a defender la dignidad humana y los derechos fundamentales, pues, igual que ustedes, estoy persuadido de que los graves problemas de Venezuela se pueden solucionar si hay voluntad de establecer puentes, de dialogar seriamente y de cumplir con los acuerdos alcanzados. Les exhorto a seguir haciendo todo lo necesario para que este difícil camino sea posible, convencido de que la comunión entre ustedes y sus sacerdotes les dará luz para encontrar el camino correcto”.

Al hablar de comprometerse a cumplir acuerdos, el Papa se refiere sin duda al hasta ahora frustrado proceso de diálogo entre gobierno y la oposición, en el que intervienen como facilitadores el propio Vaticano, seis expresidentes y la Unasur, y recientemente se incorporaron algunos países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

«Queridos hermanos, deseo animarles a que no permitan que los amados hijos de Venezuela se dejen vencer por la desconfianza o la desesperación, pues estos son males que penetran en el corazón de las personas cuando no ven perspectivas de futuro», concluye Francisco.

Las diferencias entre el Episcopado venezolano y el Papa son conocidas en Venezuela. Fuentes cercanas al gobierno recordaron que ante varias de las posiciones aperturistas del pontífice, la Iglesia local se manifestó en contra e incluso habría emitido circulares internas para impedir a sus sacerdotes seguir la línea planteada desde Roma.

En tanto el gobierno de Nicolás Maduro dará mañana el primer paso en el proceso de la Asamblea Nacional Constituyente a la que convocó el 1 de mayo último, invocando los artículos 347, 348 y 349 de la Constitución Bolivariana, en lo que se considera una medida drástica y audaz, que apunta a descomprimir la crisis. Una suerte de barajar y dar de nuevo, que permita revalidar al gobierno y discutir las posibles soluciones urgentes que necesita el país, en lugar de adelantar elecciones, como piden los dirigentes opositores, los Estados Unidos de Trump y algunos organismos contrarios al chavismo, como la OEA. Aunque el resultado de la ANC también puede poner en cuestionamiento la continuidad de Maduro.

Para esta primera etapa citada para las 11 de este lunes en el Palacio de Miraflores, Maduro había convocado justamente a la Iglesia y la oposición nucleada en MUD con la perspectiva de «recibir aportes, observaciones y recomendaciones respecto a la iniciativa», a través de dos notas oficiales fechadas el 3 de mayo. Hasta ayer se desconocía la actuación del Episcopado, sobre todo después de haber recibido la nota del Papa. Quienes sí se pronunciaron en contra de asistir fueron los dirigentes opositores. Entre ellos, el gobernador del estado Miranda y referente de Primero Justicia (PJ), Henrique Capriles, aseguró que no respaldará el proceso constituyente al que llamó «fraude a la Constitución». Capriles también acusó al Ministro, Néstor Reverol, de estar detrás de los hechos violentos ocurridos en las manifestaciones convocadas por la oposición venezolana, por los que ya se registran más de 40 muertes.

El proceso de la constituyente, según el chavismo, permitirá abrir «el debate acerca de qué país se quiere, de cómo resolver los problemas en paz» y además, si se ratifican los poderes del estado, de fortalecer al gobierno frente a la crisis. «Esa es la salida pacífica y constitucional y no que se vaya Maduro porque hay unas guarimbas (marchas), como piden ellos», dice un funcionario del chavismo.

Ayer hubo una nueva marcha opositora con una multitudinaria concentración de mujeres convocadas «contra la represión», que tuvo a su vez su contracara con otra marcha muy numerosa de mujeres chavistas que se manifestaron frente a la Defensoría del Pueblo, en el centro de Caracas, contra la que llamaron la violencia «terrorista» de los sectores más radicalizados de la oposición. «