El papa Francisco manifestó su preocupación por la situación del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción, y por los «golpes de guante blanco» en América Latina, aseguró este jueves en Roma el excanciller brasileño Celson Amorín.

«El Santo Padre nos escuchó y manifestó su preocupación por la situación de Lula da Silva, su encarcelamiento y enjuiciamiento. Hizo preguntas y mostró mucho interés», aseguró a la prensa Amorin, quien fue 8 años canciller del exmandatario y líder de la izquierda brasileña.

«Nos manifestó también su preocupación por lo que llamó los golpes de guante blanco», añadió Amorin, quien fue recibido por el papa en el Vaticano junto con el argentino Alberto Fernández, quien fue jefe de gabinete de los dos presidentes Kirchner, Néstor y Cristina.

Una serie de personalidades se han movilizado para pedir la libertad del exmandatario brasileño, preso por corrupción desde abril y favorito para las elecciones de octubre.

«Nos contó que fue una decisión suya, muy personal, de enviarle a Lula un rosario», precisó Amorin, quien le regaló al papa un libro con entrevistas sobre el popular expresidente.

«Se trató de una reunión afectuosa, franca y con mucha libertad», aseguró por su parte Fernández.

«Está preocupado por las repercusiones que el caso de Lula tiene en América Latina», afirmó.

El Partido de los Trabajadores (PT) lanzará el sábado la candidatura de Lula, que desde abril purga en una cárcel de Curitiba (sur) una pena de 12 años y un mes por corrupción.

El exmandatario (2003-2010), que tiene otros cinco procesos pendientes, defiende su inocencia y considera que es víctima de un complot de las élites para que no pueda volver al poder.