El proceso de constitución de la CGT unificada arrancó con divisiones: la Corriente Sindical Federal se retiró del Congreso Nacional Extraordinario que se realiza en el estadio del club Obras Sanitarias tras rechazar espacios en el nuevo consejo directivo e insistir con la demanda de abrir una nueva secretaría general en la conducción colegiada.

El titular del gremio de La Bancaria y referente de ese espacio, Sergio Palazzo, tomó la palabra en el acto que se realiza desde las 10.30 el porteño estadio del club Obras Sanitarias, lanzó que “la mesa (del triunvirato) es demasiado chica para una unidad tan grande” y defendió “la necesidad de que se incorporen otras secretarías generales más para tener a todos los espacios contenidos”.

En esa línea, Palazzo lamentó durante su intervención que “no se pudo llegar a un acuerdo y ante el ofrecimiento que hemos tenido algunos de los compañeros de integrar el consejo directivo, quiero anunciarles que pueden disponer de esos cargos porque no los vamos a aceptar pero nos vamos a quedar en la CGT. A nosotros no nos mueven los cargos», afirmó.

Al dirigirse a los congresales, el bancario sumó que “están faltando cien organizaciones y sobre todo, está faltando saber qué vamos a hacer como dirigentes, como movimiento obrero, con cargo o sin cargo, con más del 50% de los trabajadores que están en la economía informal, que no tienen empleo y son monotributistas y que hoy no los estamos representando».

En una publicada este domingo en la edición impresa de Tiempo Argentino, Palazzo se declaró partidario de una medida de fuerza nacional contra la política oficial para septiembre, una posición que lo distancia del resto de la dirigencia cegetista. Hoy el dirigente ratificó esa posición y presentó al Congreso la moción de tratar un paro de 24 horas para septiembre porque “a este gobierno no hay que darle un minuto más de tiempo”, reclamó. Otros dirigentes, como Walter Acosta, de Curdidores; Horacio Ghilini, de Sadop; Pablo Biró, de Pilotos; y Horacio Amichetti, de los gráficos bonaerenses, también rechazaron lugares en el consejo directivo si bien seguirán nucleados dentro de la CGT.

El titular del gremio técnico aeronáutico APTA, Ricardo Cirielli, manifestó la misma línea durante el fin de semana: «No voy a ocupar cargos en la nueva conducción de CGT porque no estoy de acuerdo con el proceso y porque no están dentro todos los sectores». Cirielli consideró también que la unificación «no va a servir para fortalecer a la CGT frente al gobierno y a otras centrales que representan trabajadores» y añadió: «Sigo militando dentro de la CGT Azul y Blanca desde el llano como un compañero más».

En paralelo al Congreso la danza de repercusiones se hizo escuchar desde los distintos rincones del espectro sindical con apoyos y críticas al triunvirato que impulsan las tres entidades más representativas.

En el encuentro los delegados aprobaron modificar los artículos 6 y 56 del estatuto de la entidad para facilitar la formación del triunvirato que compondrán Juan Carlos Schmid, dirigente portuario vinculado a Hugo Moyano; Héctor Daer, titular de Sanidad y hasta hoy miembro de la CGT de Caló; y Carlos Acuña, sindicalista de las estaciones de servicio y hombre cercano a Luis Barrionuevo.

Las posturas disonantes vienen tallando desde las semanas previas y hoy continuaron en la misma línea. El dirigente de la Unión Ferroviaria, Sergio Sassia, ratificó la ausencia de los gremios que integran el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) en razón de que no se pudo «debatir un proyecto o una agenda concreta» en el marco de “una mesa amplia”. En ese sentido, además, cuestionó las «viejas prácticas» que atribuyó a «un grupo de dirigentes» que buscan «decidir los destinos de la central obrera”. En el MASA militan gremios de la talla del Sindicato de Peones de Taxis (SPT) que encabeza Omar Viviani.

El otro gran ausente será el secretario General de la UATRE, Gerónimo “El Momo” Venegas, quien este fin de semana amenazó con impugnar el acto. Venegas, de muy buena relación con el presidente Mauricio Macri, cuestiona la formación del triunvirato y reclama la constitución de un liderazgo unipersonal en orden con lo que dispone el estatuto de la CGT.

Las vertientes que defienden la conducción colegiada no se muestran menos contemplativas con la administración nacional. El titular de la CGT Alsina, Antonio Caló, reclamó no «interferir en la unidad del movimiento obrero» y confió en el pronto reconocimiento oficial de la CGT unificada, en la previa del Congreso normalizador de la central obrera que se llevó a cabo esta mañana en Obras Sanitarias.

En sintonía, el moyanista Julio Piumato lanzó que la posibilidad de desarrollar una protesta contra el gobierno de Cambiemos “está en debate” pero de todos modos defendió la “responsabilidad” del sindicalismo porque -argumenó- de haber adoptado medidas de fuerza los «hubieran acusado de no dejarlos gobernar”.

A su vez, el barrionuevista futuro secretario General del triunvirato, Carlos Acuña, aseguró que la nueva central de trabajadores apostará al diálogo con el gobierno nacional aunque remarcó que la conducción del macrismo “está encarando mal la situación económica”. De no haber una respuesta “habrá seguramente una acción de lucha”, sumó.

También hubo cuestionamientos desde sectores políticos. El diputado del Frente de Izquierda, Néstor Pitrola, cuestionó que el Congreso “consagrará un nuevo reparto en la división de la burocracia sindical y en absoluto unidad alguna. Al plenario previo del 5 de agosto no concurrió el 40% de los sindicatos y el acuerdo del otro 60% es en torno a un triunvirato, lo que, desde el vamos, indica la existencia de tres fracciones que siguen organizadas y estructuradas como tales, o sea divididas”, advirtió el dirigente.

Durante esta tarde, los congresales que acudieron a la cita en Obras Sanitarias votaban a las nuevas autoridades de la central sindical.