El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, defendió la política de obra pública encarada por la gestión de Cambiemos y sostuvo que, para ello, cuenta con la opinión de gobernadores e intendentes a los que él recibió «más veces» en un año y cinco meses que «el gobierno anterior en 12 años».

El ministro sostuvo que “la obra pública esta dejando de ser sinónimo de corrupción, de bolsos que se tiran por arriba de las paredes de conventos ” y pasa a ser «sinónimos de alegría».

Frigerio afirmó que al terminar su mandato quiere que “el 100 por ciento de los argentinos tenga agua potable en las áreas urbanas y, el 75 por ciento, cloacas». En este sentido el ministro del Interior dijo que «hay que terminar con la idea que la competitividad se logra devaluando. Se debe trabajar en la competitividad de largo plazo y eso se logra con las rutas, los ferrocarriles, los puertos».

Por otra parte, el funcionario se refirió al preacuerdo entre el Estado y el Correo Argentino, el cual debió dar marcha atrás: «no hubo mala intención ni corrupción», sino que existió «falta de claridad ante una ciudadanía que está descreída. No hay legislación para enfrentar dudas de la ciudadanía con los conflictos de intereses. Estamos pidiendo al Congreso una ley que nos permita movernos con claridad».

Frigerio insistió con que los cambios no se van a lograr «de un día para el otro» pero destacó la necesidad de «marcar el norte con claridad y lograr que los que vengan después -porque (Cambiemos) no se va a eternizar en el poder- mantengan el rumbo».

Sin embargo la obra publica de la Provincia se encuentra frenada. El Gobierno nacional subejecutó su presupuesto dejando miles de millones de pesos sin invertir en suelo bonaerense. Así lo confirma un informe de la Subsecretaría de Presupuesto del Ministerio de Hacienda. Salud, Transporte y Seguridad, los sectores más olvidados. Desde el comienzo mismo de su gestión, el Presidente Mauricio Macri ha remarcado que uno de los pilares de Cambiemos es la obra pública, por lo cual se viene encarando “un ambicioso plan de obras que marcará un antes y un después en la Argentina”. A pesar de las esperanzas oficiales, la realidad en territorio bonaerense muestra un escenario por demás preocupante, con obras frenadas y subejecutadas.