Fabiana Geliberti se recibió de médica en 1993 y desde 1995 forma parte del Hospital Argerich, en La Boca. Especializada en gerontología y cuidados paliativos, integró el grupo de los primeros cinco trabajadores y trabajadoras que este martes recibió en la Ciudad de Buenos Aires la vacuna Sputnik-V contra el coronavirus. “Fue un alivio. La palabra es alivio”, remarcó.

“Tenía muchos nervios. Porque era un momento muy esperado. Hubo muchas pérdidas este año. Mucho sufrimiento. Mucha gente querida que ya no está. Esto marca el inicio de un camino de luz”, definió la médica, en diálogo con Tiempo Argentino. Se había anotado para recibir la vacuna un día antes, mientras estaba de guardia y en contacto con pacientes con covid, como lo estuvo a lo largo de todo 2020.

El personal de guardia de estos sectores, junto con el de las terapias intensivas, ambulancias que trasladan contagiados y quienes manipulan muestras de coronavirus en los laboratorios conforman el primer grupo de riesgo a quienes  están destinadas las 23.100 dosis iniciales de la vacuna rusa en el distrito.

Sobre las dudas que desde algunos sectores buscan sembrar en torno a su eficacia y seguridad, Geliberti apuntó: “Nunca me pregunté, cuando me ponían una vacuna, de dónde venía. Creo que todo esto tiene mucho que ver con una oposición política que perdió el rumbo”. Señaló también que entre trabajadoras y trabajadores del hospital hay distintas posturas al respecto, y consideró que “a medida que la gente vaya viendo que no tenemos mayores inconvenientes, creo que se va a ir difundiendo y la gente va a estar segura de vacunarse”.

Al momento de recibir la primera dosis de la vacuna, la gerontóloga se preguntaba “qué hubiera pasado si esta pandemia hubiera sido dos o tres años atrás, sin Ministerio de Salud a nivel nacional. Cuando empezó todo esto me asustaba mucho que pasáramos por lo que pasaron otros países, donde hubiera que elegir a qué pacientes darle cama en terapia y a cuáles no. Acá eso no pasó. Hubo rápidos reflejos y se instaló rápido la cuarentena”.  Geliberti opinó que “todo hubiera sido más difícil si el Gobierno Nacional no hubiera tomado las medidas que tomó. No olvidemos que el gobierno anterior dejó vencer vacunas”.

Después de un año signado por el “cansancio, la sobrecarga, las pérdidas de compañeros y gente querida” (el mozo del bar del hospital, el kiosquero que les vendía café cada mañana, por caso) y “con el agravante de no poder despedir a nuestros muertos”, la médica alertó sobre la suba de casos que se está registrando en los últimos días.

“Hace un mes y medio iban bajando los casos y las salas para covid se habían cerrado, pero se volvieron a abrir y las terapias también. Una había cerrado para permitir vacaciones al personal y ahora está otra vez a full. Nos permitieron tomarnos vacaciones, pero con la condición de que si hay rebrote hay que volver”, indicó.