Estaba por estrenar, faltaba una semana y comenzó el asilamiento, entonces «Corazón loco», dirigida por Marcos Carnevale, una de esas comedias livianas pero de buena factura que siempre atraen al público local, quedó a la espera. Pero como la pantalla grande y la sala es todavía una entelequia formada por deseos y nostalgias, encontraron la manera: el 9 de septiembre estará disponible en Netflix.

“Esta bueno que salga en una vidriera con tanta exposición, llegar a 190 países no es fácil para ninguna película y además  es bueno que no quedara juntando polvo y esperando a ver qué pasa. En su momento que no salga fue un shock. No iba estar el ritual, la ceremonia de ir al cine, de ver la pantalla grande. Pero hay que adaptarse, por suerte se dio así. Es una alternativa válida, aunque obvio que no es lo mismo, si se puede volver, creo que esta forma volverá a ser una alternativa y no la única opción para ver algo que nos gusta. Veremos qué pasa. Y que repercusión tiene”, dice Gabriela Toscano, una de las protagonistas de la película.

Si bien estaba pautado que luego del debut en los espacios cinematográficos «Corazón loco» pasara a las plataformas, finalmente decidieron que estrenara directamente allí, lo que para los actores no es otra cosa que una alegría, ya que mostrar el trabajo es parte de su juego. “Es bueno para todos, para todos lo que participaron y para la gente, por tener algo nuevo que ver” dice la actriz.

Con guión Marcos Carnevale y Adrián Suar, producida por Patagonik, una de las productoras más grandes del ámbito local, esta nueva comedia argentina tiene una trama con ritmo, con imágenes atractivas y lugares comunes que se usan con destreza y atino para mantener la tensión mientras cuenta la vida de Fernando Ferro (Adrián Suar), un prestigioso traumatólogo que puede considerarse un tipo con suerte: al despertar lo abraza una mujer que lo ama, toma el desayuno en familia y sale rumbo a un respetable trabajo en el cual tiene colegas que lo valoran y amigos que lo quieren. Todo parece parte de una vida agraciada, idílica, pero no todo lo que brilla es oro y nada dura para siempre, según dice la sabiduría popular: la casi perfecta rutina de la felicidad se complica porque el personaje central no tiene una vida, sino dos. Todo duplicado: dos autos, dos trabajos, dos casas, hijos y mascotas. De lunes a jueves, su mujer es Paula (Gabriela Toscano), una mujer más sumisa y naíf. Y de viernes a domingo, Vera (Soledad Villamil), una mujer empoderada,  que siente que todo lo tiene controlado. Vive en Mar del Plata pero también en Buenos Aires. Pero él ama a las dos con locura. Si tiene que viajar, viaja, y si tiene que mentir, miente. Y ahí el debate que inicia la película: frente a la pantalla y en tono de comedia puede ser divertido. En la vida real alguien dispuesto a todo para mantener mentiras tan grandes suele generar consecuencias graves.

“Era muy interesante ver como avanza la historia. El guión cuando me llegó no podía parar de leerlo, eso siempre es una buena señal. Para ver a donde iba. La película empieza de una forma y tienen un desarrollo. La clave de la película fue encontrar el tono de comedia, pero con algo de drama y thriller. Buscar cuál era y no pasarse, para mantener esa ambigüedad para que se maneje entre esos géneros. Que parezca que va para un lado, pero de golpe va para otro”, afirma Toscano.

“Cuando Marcos y Adrián me propusieron el proyecto me gusto la idea de contar una historia así, y trabajar con ellos. Con Soledad hace mucho que no trabajaba, desde «Culpables», pero nos llevamos re bien porque somos obsesivas con los detalles y tenemos búsquedas parecidas, entonces me entusiasmó armar ese trío que es el epicentro de la película. Por suerte pudimos ensayar antes, que no es algo habitual o frecuente y pudimos apropiarnos del guión para que salga todo bien en el set.  Es un gran elenco, eso siempre motiva”, reconoce la actriz.

“Trabajar en la previa nos permitió enfrentar escenas claves para armar relaciones que tengan ese aire de verdad, optimizando cada minuto frente a cámara. Fue un trabajo muy profesional, y cada uno pudo aportar su voz a este coro, enriqueciendo la película con los aportes propios. Marcos recibió los aportes de cada uno con sabiduría y  se trabajo de una manera dinámica, algo que se nota en el producto final. Esa química y respeto se  ve, la cámara lo capta”, agrega Toscano.

El rodaje fue entre agosto y octubre del año pasado en locaciones de Capital Federal y Mar del Plata,  dejando unas panorámicas  magníficas que son un atractivo más: “Le da un lindo aire a la película. Más ahora que estamos guardados hace tanto”.

Toscano cree que es momento de estar tranquilos. En cuarentena se replanteó muchas cosas, de la vida y profesional, pero no es el mejor momento de sacar conclusiones reduccionistas, dice: “Porque estás empapado de una angustia general y eso recorre todo. Pero bueno, lo más importante, siempre lo digo, es que me hizo pensar en  que si uno tiene vida y salud, puede pelear cualquier cosa. Yo aprovecho para leer, buscar ideas y esperar que sale. Esta complicado, el virus está ahí, pero tengo esperanza.”

“Hacemos esto para los que ven nuestro trabajo se hagan preguntas, para mover algo en el otro, de eso se trata actuar. Esto no es solamente mira como te lo actúo. Desde chica lo aprendí, cuando empecé a trabajar en 1973 y siempre tratar de seguir esa línea”, destaca. Ya sea tira diaria en televisión, teatro o cine Toscano, busca lo humano del personaje: “Mi tarea es revelar aspectos de la vida para generar un acercamiento con la gente, no es algo que uno hace para cumplir. Puede gustar o no, pero yo le pongo lo mejor.”

CORAZON LOCO. Dirigida por Marcos Carnevale. Elenco: Adrián Suar, Soledad Villamil, Gabriela Toscano, Alan Sabbagh, Darío Barassi y Betiana Blum. Disponible en Netflix desde el miércoles 9 de septiembre.

El juego de los contrastes

Las dos mujeres de la película representan estereotipos bien distintos de mujer. El personaje de Soledad Villamil es fuerte y sabe lo que quiere, antes y después de enterarse de la doble vida de su marido. “En cambio mi personaje se deja arrastrar por las circunstancias, pero es adorable y sensible, es alguien que toma decisiones por si sola solo cuando se ve acorralada”, opina Gabriela Toscano.  Para ella la película no se mete con las cosmovisiones feministas,  y no enfrenta o propaga el patriarcado, sino que “simplemente cuenta una historia, y cada uno le da la lectura que uno deseé y acerca lo que le muestran a lo que uno cree”. En la película, asegura Toscano, “se genera mucha identificación. Cada personaje defiende su postura. Mi personaje tiene una inocencia bien de esas personas que hace tanto que están con alguien que ya son medio amigos, y que no desconfía nunca del excelente padre de sus hijas. No puede. El choque de descubrir algo así la pone en un lugar que nunca imagino. Eso esta bueno para una actriz, es un desafío más allá de lo que pienso que haría yo. A mí algo así no me pasaría supongo, pero bueno arme este personaje y sentí lo que sintió ella, de eso se trata”. La interprete recuerda que cuando era joven participo de un capítulo de «Alta comedia», con Norma Aleandro, en una historia similar, titulada «Las viudas de Beto»: “Pero en esa época era la hija. Pero es una historia que pasó muchas veces, muy común y quizá se puede ver  de tantas maneras distintas. El rol de la mujer, de la mentira, del amor, y esta es otra forma más de imaginar esto”, define la actriz.