Con el objetivo de «ahorrar consumo de gas residencial», el gobierno aplica los aumentos más altos a las tarifas de menor consumo. Así, funciona la lógica del Ministerio de Energía y Minería.

El ministro Juan José Aranguren anunció aumentos a la tarifa del gas que van del 20% al 36 por ciento. En promedio, aumentará un 24 por ciento. Se podría creer que con la política de «generar conciencia sobre la importancia del uso racional energético en la economía familiar y el cambio climático», el gobierno aumentaría más a quienes más usen. Pero no; es a la inversa. En tanto, para los usuarios comerciales las subas serán del 46 por ciento.
Según los valores que aparecen en un informe entregado por el Energía, los usuarios residenciales de Metrogas que menos consumen pagarán un aumento del 35%. En una escala de menor a mayor uso, las tres categorías siguientes pagarán un 36% más. Este sector representa al 55% de los usuarios.

En el otro extremo, la categoría que más gas utiliza tendrá solo un 20% de suba. En una escala de mayor a menor consumo, las tres categorías siguientes pagarán un 26% más. Este sector representa al 45% de los usuarios.

Estos valores contradicen la iniciativa de bonificar los consumos bajos que se describe en el mismo informe. El gobierno premiará a quienes usen un 15% o menos, con respecto al mismo mes de 2015. Las bonificaciones serán del 20, 30 o 50%, según el tipo de usuario. Para las cuatro categorías que consumen menos gas, la quita será del 50%; para los usuarios que más gas usan, será del 20%. Un usuario R1 consume 25 metros cúbicos por mes. Difícil imaginar cómo hará para consumir menos.

Buenos Aires (provincia y CABA) nuclea al 61% de los beneficiarios de la Tarifa Social: 1.317.242 de un total de 2.146.343 a nivel nacional. Estas tarifas rondarán los $ 100 y benefician hoy al 30% de los usuarios de Provincia y al 14% de los de CABA.

La suba anunciada el viernes es la primera de tres cuotas en las que está dividida. Sin embargo, no se sabe de cuánto serán las dos siguientes. La factura de gas se compone de tres factores: producción, que significa el 40% de la cuenta; transporte y distribución, que es el 32%; e impuestos, que son el 28% restante.

La producción subió un 10%, con la aclaración no menor de estar atada al dólar, ya que el gobierno decidió el año pasado fijar este precio en esa divisa. Pasó de U$S 3,42 por millón de BTU (unidad de medida), a U$S 3,77 por MBTU. Esto implica que si el dólar sube, la tarifa también lo hará. Y aunque no suba el dólar, este ítem continuará en alza hasta llegar a U$S 6,80 por MBTU, en octubre de 2019. Hoy, el gobierno subsidia el 45% del valor (hasta inicios de 2016, subsidiaba el 81% de un costo mucho menor) y la reducción terminará en 0%, en la fecha mencionada.

Con respecto a transporte y distribución, el aumento está dividido en tres etapas: abril 2017, diciembre 2017 y abril 2018. Ahora, se activa el 30% del aumento total; en diciembre, el 40%; y en abril próximo, el 30% restante. Pero no se especificó cuál es ese total. Tiempo estima que este factor subió en un 40% con respecto a los valores anteriores. De ser así, con la próxima cuota, este factor subirá en un 53% por encima del valor original; en abril de 2018, otro 40% más.

Además, las siguientes cuotas estarán sujetas a los precios de importación del gas, que representa el 25% de lo consumido.

En 2016, la factura de gas subió entre el 400% y el 500%. En abril de 2017, un 24% promedio. Así, un usuario medio que pagaba $ 50 pasó a pagar $ 250/$ 300 y, a partir de abril, pasará a abonar unos $ 375, que se traduce en un 650%. Luego de las elecciones, habrá una nueva suba. «