Otra supuesta víctima potencial de Marcelo D’Alessio describió cómo el falso abogado introdujo información mendaz obtenida en su paso por la estatal ENARSA en la causa que tramita ante la Justicia federal porteña por presuntas irregularidades en la importación de gas natural licuado (GNL). El expresidente de Nación Seguros (la aseguradora del Banco de la Nación Argentina) Juan Ignacio Forlón, hoy integrante de la Auditoría General de la Nación, declaró como testigo ante el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla. Su nombre aparece en la declaración que D’Alessio brindó ante el fiscal Carlos Stornelli y en el libro El Mecanismo, del periodista Daniel Santoro. Sin embargo Forlón nunca estuvo bajo investigación en la denominada «Causa GNL».

La secuencia aparece como similar a otros episodios investigados en torno a D’Alessio: un exfuncionario, con problemas reales o imaginarios en los tribunales, comienza a ser asediado por la telaraña del falso abogado. El propio D’Alessio denomina a esa actividad como «puesta en pánico», a lo que sigue el anuncio de una inminente detención o citación judicial y el ofrecimiento de «solucionarlo» a cambio de una suma de dinero.

En el caso de Forlón, D’Alessio dio a entender que desde su rol de titular de Nación Seguros realizó una maniobra defraudatoria contra ENARSA a través de la contratación de pólizas de seguro costosas por la peligrosidad de la actividad de importación de GNL mediante buques que permanecían varios días en los puertos argentinos. Pero lo que contó el exfuncionario difiere y mucho de lo que sugirió D’Alessio.

«Cuando llegamos nosotros, en marzo, había una póliza que era del 1 febrero de 2012, que ya estaba emitida. Como acostumbro cuando hago inicio gestión en algún lugar, hacemos los análisis de todas las pólizas que hay, buscamos mejores condiciones, reestructuramos y conseguimos una merma en el precio del premio de prima. Hablamos con ENARSA y atiende una persona, un asesor, que después atando cabos calculo que sería D’Alessio. Se resistía sin motivo alguno a que le emitamos una nueva póliza más barata».

El nuevo seguro no sólo no tenía sobreprecio sino que mejoraba al que estaba vigente. «¿Póliza más alta, sobreprecio?, nada; de hecho, se emitió una póliza más barata de la que estaba vigente, así que lo único que pude haber hecho es hacerle ahorrar plata al Estado. Si se cuestiona la póliza anterior yo no estaba. Esa la pudo haber hecho D’Alessio. Yo creo que tenía algún tipo de rol en la suscripción de esa póliza».

De «infiltrado» (como se calificó a sí mismo) en ENARSA, la figura de D’Alessio parece cambiar a la de un gestor de turbios negocios personales desde el interior de la empresa estatal. Cuando la Causa GNL estaba malherida por un peritaje descalificado por la propia Cámara Federal por sus inconsistencias y bibliografía (párrafos enteros copiados del sitio de Internet «El rincón del vago»), D’Alessio se presentó en la fiscalía de Stornelli, aportó documentación que –dijo– le había llegado de manera anónima y consignó datos que ahora son desmentidos. En este caso por Forlón, pero el domingo pasado Tiempo consignó algo similar por parte del ingeniero y capitán de ultramar Pablo García Arrébola, otra supuesta víctima potencial de la organización del falso abogado.

«Luego de unos años, hace poco, me contacta el periodista Daniel Santoro para preguntarme sobre una presunta denuncia de un Marcelo D’Alessio. Cuando me manifiesta esto, desconozco en principio de quién se trataba o quién era. Me dice que me había denunciado ciertas circunstancias con respecto a unos seguros de Nación Seguros con ENARSA. Me manifestó el periodista que eso le había dicho (D’Alessio), que había hablado conmigo, que yo lo había increpado y amenazado con echarlo y que lo quería forzar a firmar pólizas».

Según Forlón, fue exactamente al revés.

Ante Stornelli –quien, al igual que el juez Claudio Bonadio, asegura que no tomó en cuenta esa declaración a la hora de los procesamientos, entre ellos los de Julio De Vido y Cristina Fernández– D’Alessio denunció que «se lo obligaba a contratar Nación Seguros y no podía decidir el precio ni la calidad». Esa obligatoriedad era parte de un convenio firmado en 2008, es decir al menos cuatro años antes de los supuestos sobreprecios que, como justificó Forlón, no fueron tales sino una póliza más económica.

En todo caso, la gestión de Forlón –según su propia declaración– parece haber beneficiado a Nación Seguros y no perjudicado a ENARSA. «Cuando llegamos a Nación Seguros, la empresa ganaba, en junio de 2012, 1.700.000 pesos. El resultado de Nación Seguros cuando dejamos la empresa, en junio de 2015, era de 800 millones de pesos. Eso no es magia, eso es trabajo».  «