Tras el paro de actividades que realizaron esta mañana los trabajadores del transporte, el gobierno acordó con la CGT una serie de términos para llevar el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias para casados con dos hijos a los $37 mil y a los 29.741 pesos para los trabajadores solteros.

La administración nacional discutirá mañana ese proyecto con los 24 gobernadores de cara a la definición que tendrá lugar en el Senado de la Nación. No obstante, los gremialistas destacaron que con el esquema consensuado dejarán de pagar el impuesto «unos 400 mil trabajadores» y los funcionarios del gobierno celebraron la noticia como una victoria política del macrismo tras el rechazo de diputados a la iniciativa primigenia del gobierno. 

En el ámbito de la Confederación Argentina de los Trabajadores del Transporte (CATT), una poderosa facción de la CGT reunificada que encabezó la protesta de esta mañana, definieron lo negociado como producto de la lucha de los gremios en general y de los transportistas en particular, dado que «llevaron adelante asambleas informativas (se negaron a hablar de paro) de 4 a 12 en todos los modos de transporte y que contó con el respaldo y acatamiento de los trabajadores del transporte que pertenecen a gremios nucleados en la Confederación».

El titular de la CATT, Juan Carlos Schmid, a su vez integrante del triunvirato conductor de la central de trabajadores, indicó que lo convenido con el gobierno introduce la actualización «algo muy importante porque desde ahora hay una fórmula» para calcular el alcance del tributo al salario.

El secretario general del gremio portuario de Dragado y Balizamiento sumó que «es importante destacar que se modifican los valores de las escalas y la ponderación porcentual que afectaba los salarios y las horas extras de los días no laborables y domingos quedarán exentas. La idea es que este acuerdo se vote el miércoles en el Senado y el jueves en Diputados», anunció también. 

En la previa de la reunión, y al calor del paro, hubo cruces para todos los gustos. La CGT aprovechó el marco caldeado para lanzar advertencias de conflicto para 2017. El dirigente de La Fraternidad, Omar Maturano, advirtió que de no mediar una respuesta alternativa «el 2017 será un año conflictivo con los gremios del transporte» porque «tendremos que llevar la bandera de a protesta», lanzó. 

Con el pacto consumado, otro de los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer, explicó que lo consensuado es «un nuevo proyecto que habrá que elaborar, llevar al papel en términos técnicos». Fuentes cercanas al triunvirato explicaron a Tiempo que mañana el gobierno presentará lo pautado a los gobernadores. Una vez cumplido ese paso, enviará el proyecto al Senado de la Nación, donde intentará que se apruebe para luego enviarlo a Diputados, la última instancia antes de que se convierta en ley. 

Al margen de lo técnico, Daer sintonizó con Schmid y destacó que «la gran ventaja es que establecimos una forma de actualización que va a modificar el mínimo no imponible, las escalas y los valores de las deducciones», adecuaciones que se realizarán «a través de la fórmula con la que se actualizan las jubilaciones y asignaciones familiares». 

Por su parte, el gobierno, que venía de negarse a negociar su proyecto en Diputados la semana pasada, también defendió el acuerdo y lanzó un mensaje a los senadores que lo discutirán en las próximas horas. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, destacó que «los impuestos distorsivos no van a estar presentes en la propuesta porque afectan la construcción de trabajo», y agregó que con el entendimiento de hoy le están «demostrando al mundo que la clase dirigente apuesta a la gobernabilidad». 

El vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, respondió preguntas técnicas y adelantó que en la reunión con los gobernadores el objetivo será analizar el impacto fiscal de la medida.  Quintana consideró que los representantes oficiales han «sido sensibles a los criterios de la CGT» y que han «dado solución a problemas de muchos años que no fueron atendidos». En ese orden, planteó que en años anteriores «el Estado se quedaba con el salario por la inflación», y auguró que «de acá en más los salarios evolucionarán a la par con todos los demás criterios del Impuesto a la Ganancias». Y aseguró: «Esto le saca fantasmas a los trabajadores». 

A su turno, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, señaló que el nuevo proyecto «busca dar certeza a los trabajadores para que sepan cuáles van a ser los ingresos que percibirán el año que viene». Gracias a ello, agregó Triaca: «Muchos argentinos se van a quitar angustias de otros momentos, cuando los trabajadores no sabían que iban a cobrar el año siguiente.»

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