La llegada de Sergio Chodos a Washington como representante de Argentina (y de Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia) ante el Fondo Monetario permitirá ajustar la táctica argentina en sus negociaciones con el organismo multilateral.

Resulta que por razones distintas, la administración de Alberto Fernández y el organismo que dirige Kristalina Georgieva avanzan en el mismo sentido, que es el de postergar definiciones sobre el acuerdo stand by de 2018 y el pago de los 44 mil millones de dólares que el FMI ya desembolsó en el último año y medio.

En Casa Rosada están convencidos de las bondades de iniciar y concluir con rapidez un acuerdo con los acreedores privados antes que con el FMI.

«Nadie sabe cómo va a ser exactamente el diálogo con el FMI. El gobierno pretende que el FMI no le imponga los típicos controles sobre la economía a cambio de facilitar una extensión del plazo de pago», le dijo a Tiempo un analista. «Pero nada indica que eso vaya a suceder», agregó.

En algunos medios se habló de la «tercera posición» que reclamaría el gobierno: ni stand by, ni acuerdo de facilidades extendidas.

Conscientes de que recorrer ese camino será arduo y llevará tiempo, el gobierno apura la definicón con los privados. El FMI mira con buenos ojos esa táctica. En primer lugar, porque Argentina llegaría con una idea precisa del perfil de su deuda privada, y más aliviada en relación a los compromisos inmediatos por la postergación de los pagos.

Y, más importante, al patear para adelante la negociación, le da más tiempo al Gobierno nacional para consolidarse y así, con una mayor espalda, poder plantear políticas que ahora serían insostenibles.

Esto explicaría los halagos constantes que recibe la administración Fernández por parte de los más altos funcionarios del FMI. El viernes, Georgieva habló de «interacciones muy constructivas con el nuevo liderazgo de Argentina». También dijo: «Estamos de acuerdo con la necesidad de restaurar la economía y abordar el aumento de la pobreza», palabras calcadas de las expresiones oficiales.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajará a Nueva York el próximo 28 para participar de una reunión del Consejo de las Américas. Al menos por ahora no está previsto que viaje a Washington. En cambio, en este plan de simpatías informales, Guzmán y Georgieva compartirán atril en el Vaticano el 5 de febrero. Las sonrisas mutuas están garantizadas.  «