«El mundo está en guerra, porque ha perdido la paz. No es tanto orgánica –continuó Francisco–, pero sí organizada. Pero es guerra.» Nos conmovió El Papa esta semana al embarcarse para Polonia. «La palabra que se repite mucho es ‘seguridad’ –dijo Bergoglio–, pero la verdadera palabra es ‘guerra’. Pidió el cese de las armas en zonas como Ucrania, Oriente Medio, Siria, Irak, Libia o la República Centroafricana, Nigeria, Siria, Francia, Alemania, Belgica, Estados Unidos. «Detrás de ese gesto están los traficantes de armas, que quieren sangre, no la paz, que quieren la guerra y no la fraternidad (…) no es una guerra de religiones, porque todas las religiones quieren la paz», insistió.

En septiembre de 2013, Francisco convocó a la jornada de oración mundial de la Paz por Siria: “Queremos un mundo de paz, ser hombres y mujeres de paz. Queremos que en nuestra sociedad destrozada por divisiones y por conflictos, estalle la paz. Nunca más la guerra”. Refrescó todos estos conceptos en su encuentro mundial con los jóvenes, en estas horas en Polonia, porque son ellos los que cuando les toque conducir las sociedades en que se desarrollan van a llevar los valores de Paz del Pontífice, el mayor constructor de puentes y destructor de muros le vaticinó a Francia y a EE UU ante la intención de repeler los atentados con nuevas incursiones aéreas de esos países en Siria. Jamás el uso de la violencia lleva a la paz. ¡Guerra llama guerra, violencia llama violencia!