Sergio Massa comenzó a probarse en las últimas horas el traje de precandidato a presidente tras evaluar que el camino de las PASO es, quizás, el mejor camino para dirimir el candidato opositor que busque impedir la reelección de Mauricio Macri.

Con las negociaciones ya en marcha, el líder del Frente Renovador intenta ampliar su base para la competencia y darle marco a un acuerdo programático con el Partido Justicialista que, más allá de la economía y la producción,  también incluya el debate sobre la seguridad y la reforma del Código Penal.

Silencio por 72 horas. Esa fue la orden que les llegó a todos los referentes y voceros del Frente Renovador después del  Congreso que se realizó el último jueves en Parque Norte. Allí, Massa le quitó el velo a las negociaciones con el PJ y con la fórmula Alberto Fernández–Cristina Fernández de Kirchner.

Desde el Frente Renovador, el primer paso público de las negociaciones se llevará a cabo el lunes cuando Massa encabece la reunión de la mesa política de su espacio.

«Primero vamos a definir programas y después vendrán las candidaturas», explican desde el entorno del exintendente de Tigre. Y  agregan: «Hay mucho para negociar».

En la conversación que va en paralelo a una definición de puntos se encuentra el armado de listas. La cuestión no es sencilla porque la amplitud de la unidad resta margen de negociación.  El 80% de los representantes que tiene el Frente Renovador en el Congreso finalizan su mandato en diciembre. La mayoría de ellos son de la provincia de Buenos Aires, y Massa aspira a que por lo menos la mitad de sus legisladores (ocho de 16) renueven su banca. 

En su entorno reiteran la frase que el líder renovador se encargó de viralizar luego de reunirse hace poco más de diez días con la cúpula de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte: «No es solo quién, sino para qué».

Las negociaciones se realizan en estricta reserva. Tan sólo el propio Massa contesta algunos mensajes desde su teléfono, pero no da precisiones sobre la marcha de las conversaciones: apenas  brinda su punto de vista, con eje en su posición personal. «Voy a ser candidato», «Voy a ser presidente», son las frases que envía como escuetas respuestas a sus periodistas más cercanos.

Espacios y candidatos

Al cierre de esta edición, en el entorno de Massa repetían como mantra algunas consignas: «Sergio va ser candidato», «no vamos a perder identidad» y «hay que lograr un acuerdo programático antes de definir las candidaturas».

En la búsqueda de no perder identidad se sustenta la idea de competir por la candidatura presidencial frente a Alberto Fernández y en el marco de un amplio –y competitivo– espacio opositor. 

En ese contexto, el massismo busca ser más que un sparring, y apunta a pescar en la pecera de Alternativa Federal (AF). Por eso el primer dardo apuntó a Córdoba. El sábado por la mañana, el nombre de Natalia de la Sota, hija del exgobernador fallecido José Manuel, y flamante legisladora electa por Hacemos por Córdoba, el espacio que lidera el gobernador cordobés Juan Schiaretti, sonó como una potencial aliada.

Más allá de los nombres, Massa insiste en la necesidad de ampliar los límites de su espacio político y en eso también trabaja por estas horas.

El viernes por la mañana la provincia de Buenos Aires despertó agitada. Dirigentes peronistas y massistas intercambiaron mensajes en todos los distritos y comenzaron a trabajar la manera de acoplar intereses y nombres. El primer acuerdo tácito en el territorio está sellado. De confirmarse, el peronismo apoyará la reelección de los intendentes del Frente Renovador y el Frente Renovador apoyará la reelección de los peronistas. Todo acompañado de listas de unidad.

Desde el Frente Renovador esperan que la semana sea intensa y aseguran que todo se terminará de definir el 12 de junio, día en el que vence el plazo para la inscripción de alianzas. Los voceros repiten: «Lo más lógico para definir la candidatura presidencial es una PASO», pero advierten «aún no hay nada definido y queda mucho por negociar». Sin embargo, nadie pierde el optimismo. En el comando de campaña de Massa ya saben que para ellos finalmente habrá 2019. «