Los incendios no se detienen, el fuego avanza sin tregua dejando un daño evidente en las distintas zonas afectadas. Desde el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), en su reporte diario, informaron que Salta, Jujuy y La Rioja mantienen hoy focos activos de incendios en distintas localidades, mientras que en Corrientes se logró controlar el fuego que castigaba a la localidad de Villa Olivari.

En Salta, las localidades de Santa Rosa, General Mosconi, Tartagal, Urundel, Campichuelo y Orán mantienen focos activos, mientras tanto, en Jujuy, se mantienen activos los incendios en La Unión Seca, en el Parque Nacional Calilegua, Ledesma, Bananal y Laguna la Brea. En esa provincia, una de las más afectadas, ya se quemaron 15.010 hectáreas, operaron 2 aviones hidrantes y 87 brigadistas del Sistema Nacional.

Mientras tanto, se reportó un incendio en Catuna, La Rioja, que representa un nuevo foco a tener en cuenta ya que por las características de la zona y la época del año, podría complicarse.


 
Mientras tanto, en capital Federal, la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados, que preside el oficialista Leonardo Grosso, se reunió esta tarde para debatir un proyecto que propone prohibir por entre 30 y 60 (en el caso de bosques nativos o implantados, áreas naturales protegidas y humedales) años la venta de terrenos que hayan sido afectados por incendios -hayan sido intencionales o no- con el propósito de evitar que se desarrollen en esos predios emprendimientos inmobiliarios. La iniciativa, propulsada por el Diputado Máximo Kirchner cuenta con el apoyo de los diputados Graciela Camaño y Eduardo «Bali» Bucca, del Interbloque Federal, así como también del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, que preside el mendocino José Ramón. El proyecto, que modifica la ley 26.815 de Manejo del Fuego, propone incorporar un nuevo artículo que establece que «en caso de incendios, sean estos provocados o accidentales, que quemen vegetación viva o muerta, en zonas agrícolas, praderas, pastizales, matorrales y en áreas donde las estructuras edilicias se entremezclan con la vegetación fuera del ambiente estrictamente urbano o estructural» .

La idea es intentar parar la especulación de las motivaciones intencionales de muchos de estos fuegos, más allá de las secuelas naturales que no son pocas: el fuego genera una alteración significativa en el sistema natural que provoca la pérdida de biomasa, estructura vegetal, fragmentación de hábitats y pérdida de especies endémicas de cada región. Se ven afectados los servicios ecosistémicos que brindan los distintos ambientes, como los valiosos servicios que aportan humedales y bosques, reservas importantísimas de nuestro país.

El impacto más notorio sobre la fauna se presenta en la pérdida de su hábitat y nichos ecológicos, reduciendo la diversidad y su abundancia relativa, con un efecto prolongado en el tiempo luego del fuego. Por otro lado, mientras la destrucción de los hábitats de los animales afecta fuertemente a las especies con menor movilidad, otras escapan del incendio refugiándose en otros sitios generando problemas que generan una presión sobre el nuevo ambiente en el que se refugian y provocan desequilibrios en el ecosistema. Asimismo, la competencia entre especies es mayor, escasean fuentes de agua y especies para la alimentación, afectando consecuentemente las redes tróficas del sistema.

Bajo otra perspectiva, y no menos importante la temperatura que va tomando los suelos, dependiendo claro de la intensidad del fuego, puede producir muertes de las semillas y microorganismos que facilitan el ingreso de importantes nutrientes a las tierras. También las columnas de humo, que se generan por corrientes o vientos, también transportan cenizas generando grande problemas en zonas aledañas.