Patricia Pines es mamá y docente. Hace años batalla en la Ciudad de Buenos Aires por el derecho de nenes y nenas a tener un lugar en la escuela pública, a través del colectivo Vacantes para Todxs. En los últimos tiempos, sumó otro frente de lucha: el grupo Familias por un Retorno Seguro a las Escuelas para advertir que las condiciones para la presencialidad en el marco de la pandemia de coronavirus no estaban dadas. La comprobación llegó de la peor manera: tras una semana de dar clases, comenzó a tener síntomas y ayer fue internada con un cuadro serio de Covid.

Pines es docente de nivel inicial en una escuela pública porteña. Su marido también es maestro. Sus hijos no estaban asistiendo a clases, por lo que suponen que la vía de contagio fue en sus lugares de trabajo. “Estaba muy angustiada, porque estuvo todo un año cuidándose sin problemas. Fue una semana a la escuela y se enfermó”, contó a Tiempo Valeria Añón, también representante de Familias por un Retorno Seguro.

“Para nosotros como grupo representa un golpe enorme, porque venimos peleando que no empiece la presencialidad de esta manera y ahora una de nuestras representantes está enferma con cuadro serio. Demuestra que no hay presencialidad posible para garantizar cuidados. El protocolo no es suficiente. Y además estamos preocupados ante el aumento de casos, las nuevas cepas y la situación en las escuelas es cada vez peor”, alertó Añón. Y agregó: “Directivos y supervisores que presionan a docentes, chicos exceptuados que prácticamente no están recibiendo formación (virtual) y una presión muy fuerte para que los padres los manden. Esto, de la peor manera, comprueba lo que venimos diciendo: que las condiciones para la presencialidad no están dadas y que no hay protocolo que alcance en pandemia. Había que empezar las clases con docentes vacunados, ahora hay más de 400 casos enfermos en un mes de comienzo de clases”.

Pines tuvo que lidiar, además, con dificultades para acceder al testeo pese a pasar casi una semana con fiebre. Recién logró que la hisoparan cuando fue en taxi por su cuenta a un hospital. Tras el diagnóstico positivo, le llegó un mensaje del Gobierno de la Ciudad indicando que se comunicara si presentaba dificultades respiratorias.

“Está muy complicado el tema de la carga de licencias, y sin eso la gente no cobra. A los docentes con síntomas no los vienen a ver, no los testean. A ella la testearon porque fue al Ramos, una semana después y con una semana de fiebre. Pero sin el médico laboral no le daban licencia. Tenía que ir el de su obra social. Y si no le dan licencia, no cobra”, apuntó Añón.

La vacunación a docentes en la Ciudad comenzó recién el miércoles, tras un fuerte reclamo de los gremios ante la postergación del sector en el plan de inoculación del Gobierno de la Ciudad. “En el camino debimos denunciar la animosidad manifiesta de Horacio Rodríguez Larreta y sus ministros de Educación y Salud, Soledad Acuña y Fernán Quirós, que pusieron todos los obstáculos posibles para que pudiéramos tener un regreso cuidado a la presencialidad”, remarcó la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) mediante un comunicado.