Mientras las últimas 50 familias que permanecían evacuadas en centros de refugio de la localidad de Laferrere, en La Matanza, comenzaban este sábado a retornar a sus hogares, continúan los coletazos políticos por las inundaciones que generó el fuerte temporal de lluvias y viento de la semana pasada en una decena de municipios del Conurbano.

El agua obligó a dejar sus casas a miles de vecinos de La Matanza y Esteban Echeverría, y también a muchos de Quilmes, La Plata, Ezeiza, Cañuelas, Lanús y Lomas de Zamora.

En la Matanza, las localidades más castigadas fueron Laferrere, González Catán y Virrey del Pino, donde hubo 5000 evacuados por el desborde de ríos y arroyos, y unos 40 mil vecinos afectados. Según comunicaron desde Defensa Civil de la Matanza, las condiciones climáticas favorables durante el fin de semana facilitan el escurrimiento de las aguas. El Comité de Crisis del municipio sigue asistiendo a las familias en el retorno a sus casas, a través de la limpieza y desinfección de las viviendas, facilitando artículos de higiene personal y con la entrega de colchones, frazadas, alimentos y medicamentos, además de comida caliente, ropas de abrigo, pañales y agua.

El viernes, en una carta a la gobernadora María Eugenia Vidal, la intendenta de esa comuna, Verónica Magario, además candidata a vicegobernadora, le exigió “el reconocimiento y la restitución de los gastos” que realizó el municipio en el despliegue de recursos humanos y materiales para el operativo de emergencia que atendió a los damnificados. Desde Nación sólo llegaron 85 colchones, 600 frazadas, cuatro botes y 1600 litros de agua, un 10% de la ayuda total según las autoridades matanceras.

Desde la gobernación replicaron con el detalle de un puñado de obras hidráulicas en ejecución, como la construcción del aliviador del arroyo Duppy; la reconstrucción del entubado del arroyo Maldonado por avenida Palacios y el aliviador del arroyo Don Mario, en Isidro Casanova. Desde la intendencia de La Matanza señalan que, precisamente, las inundaciones se deben a las obras cuya ejecución se detuvo: enumeran las mismas que las autoridades provinciales, paralizadas junto a buena parte de la obra pública, y suman el proyecto de reservorio del arroyo Mollins, el entubamiento del arroyo Susana; y la reconstitución del margen original del río Matanza y sus afluentes, también frenadas, además de 14 obras de desagües pluviales que beneficiarían a siete localidades.

Por otra parte, las grandes obras de drenaje de la cuenca Matanza-Riachuelo, que debería haber encarado ACUMAR (cuya autoridad es tripartita entre Nación, Ciudad y Provincia, durante cuatro años con el mismo signo político), y que incluían once reservorios de aguas para aliviar las inundaciones en los municipios circundantes, están completamente paralizadas. En particular para el arroyo Morales, que atraviesa La Matanza, se habían planificado tres de esos reservorios.