Según el gobierno isleño, en la actualidad hay 2546 habitantes en las Malvinas, provenientes de 60 países, aunque la administración sostiene que no son una población implantada, sino que tienen orígenes ancestrales previos a los que reclama Argentina. Ante las consultas de Tiempo, fuentes oficiales retrucaron esa información, y recordaron que «más de la mitad de los habitantes no son nacidos en Malvinas. En ese contexto, los nativos son cada vez más cerrados al acercamiento con Argentina, salvo cuando comienzan las negociaciones comerciales. Cuando ven que les sirve en materia económica hay cierto avance con los formadores de opinión».

Dentro de la población kelper, el mayor formador de opinión es el períodico local Pengüin News. Sus principales textos son publicados en español por el sitio Mercopress.com. El medio es editado en Montevideo y los especialistas en Malvinas le adjudican una estrechísima relación con el Foreing Office. La cancillería británica, al igual que el gobierno kelper, ha puesto sus fichas en Uruguay desde hace años, especialmente porque el puerto de Montevideo es clave en la explotación pesquera ilegal en el Atlántico Sur, y es la base de aprovisionamiento para los buques que pescan merluza negra y calamar illex.

De acuerdo a los números financieros publicados por el gobierno isleño, el balance económico es de las «223 millones de libras esterlinas, en tanto los gastos operativos del gobierno de las Islas se estiman en un promedio de 50 millones anuales, es decir que se cuenta con una reserva de más de cuatro veces los desembolsos para asegurar el funcionamiento pleno del gobierno» colonial.

En ese marco administrativo, basta repasar la prosa del Pengüin News y del sitio Mercopress para constatar que la población kelper está más preocupada en profundizar el peso de Montevideo en la explotación pesquera, que en aceptar un segundo vuelo aéreo que una a las islas con el continente y que se sume al que realiza LATAM (ex LAN) desde Santiago de Chile, con escala en Punta Arenas y destino final en la base militar de Mount Pleasant, con una variante mensual que antes de cruzar el Mar Argentino, hace escala en Río Gallegos.

Poco interés en un segundo vuelo continental

En febrero pasado, la Cancillería argentina avanzó en la exploración de líneas aéreas para realizar el segundo vuelo, pero sólo se presentó la low cost Andes, que fue la misma que trasladó a los familiares que viajaron a Darwin hace diez días. Ante la ausencia de otras líneas aéreas interesadas en la ruta, hubo consultas con los demás países limítrofes y el gobierno isleño blanqueó sus reparos. «En definitiva no hay urgencia por un segundo vuelo a nivel ciudadano, se rechaza de plano una posible escala en Buenos Aires, no se interfiere con el actual servicio de LATAM, y si una vez recogida toda la información relativa a las aerolíneas interesadas en un segundo vuelo comercial no satisfacen, “los Isleños se levantarán de la mesa de negociaciones”. Dicho esto, debemos agregar que los grupos empresariales de las Falklands vinculados al comercio exterior, al turismo y a la agricultura, entre otros, están interesados en el segundo vuelo comercial con algunas condiciones, pero “mucho menos exigentes que las expresadas en la asamblea pública” que se realizó en Puerto Argentino en febrero para analizar el tema aéreo.

En materia de pesca, el único medio que dio cuenta de la inminencia del acuerdo en marcha es la Revista Puerto, editada en Mar del Plata, donde su cronista Karina Fernández destacó que “el puerto de Montevideo se ha constituido en un paraíso fiscal libre de controles para la gran mayoría de los barcos que operan en el Atlántico Sur. Incluso existe una cámara que agrupa a las Agencias Marítimas encargadas de administrar las capturas que allí se descargan y los servicios que brindan a barcos legales e ilegales, como ya se ha denunciado en estas páginas y a través de ONGs ambientalistas. Sin embargo, y a pesar de que es un tema conocido para la Cancillería Argentina, nunca se ha intimado a Uruguay por el rol estratégico que juega en la Pesca Ilegal No Declarada y No Reglamentada en el Atlántico Sur. Si no es nuestro país el que implique a los países vecinos en la lucha contra la pesca ilegal, difícilmente lo haga el gobierno británico; la relación de los uruguayos con empresarios y gobernantes de las Falklands (Malvinas) es inmejorable y reporta grandes beneficios a los ocupantes de las Islas, quienes califican a Uruguay como “el socio más amistoso en América del Sur”.

Ese temor llamado Brexit

En medio de la agenda pesquera, y de la ausencia de interés por un segundo vuelo aéreo que conecte a la isla con el continente, los kelpers también miden con expectativa las consecuencias de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea luego del Brexit. La partida inglesa del Tratado de Maastricht podría dejar desprotegidos a los isleños (que detestan que los llamen kelpers), porque la UE podría dejar de apoyarlos en su reclamo de autodeterminación, que ratificaron en un referendum realizado el 13 de marzo de 2013. Luego del Brexit, la UE mantiene una negociación por un posible acuerdo de libre comercio con el Mercosur, que también incomoda al gobierno isleño.