La última vez que la audiencia vio a Marty y Wendy Byrde, el matrimonio protagonista de esta historia, acababan de tomar una decisión importante: quedarse juntos en la localidad de Ozark y cumplir sus obligaciones con el cartel. En la segunda temporada, eso implica, en parte, intentar abrir un casino en el territorio de los perversos Jacob y Darlene Snell, los chicos malos del nuevo lugar de operaciones.

Eso serán los ejes para los diez episodios de una hora de la segunda temporada de la serie Ozark, que estarán disponibles en Netflix en todo el mundo el 31 de agosto de 2018 y mostrará como Marty, encarnado por Jason Bateman​ (que también es productor ejecutivo), y su familia tuvieron que redefinir lo que entendían por normal y preguntarse si están hechos para eso.

De esta manera, la serie, siempre comparada con “Breaking Bad” por tener similitudes argumentales aunque otro enfoque socioeconómico, buscará demostrar por qué fue nominada a los premios Globo de Oro, del Sindicato de Autores y del Sindicato de Guionistas, y obtuvo cinco  nominaciones al Emmy, que incluyen una doble para Jason Bateman como actor principal y como director de una serie dramática.

La esposa Wendy (en la piel de la actriz Laura Linney) será clave para esta segunda parte. Los nuevos episodios exploran la vida pasada de ella y será una figura crucial en la negociación con personas poderosas, como los Snell y el operador político millonario Charles Wilkes, otro personaje más que interesante para seguir su desarrollo dramático.

“En muchos sentidos, la evolución de Wendy es lo más importante de la temporada 2”, señala Bateman y luego agrega: “Aunque Marty era un estratega mucho más práctico durante la temporada 1, en ésta por fin reconoce lo que siente a raíz de sus actos. Wendy es quien separa las cosas y dice que no, que lo que necesitan es concentrarse y seguir adelante”.

La primera temporada de Ozark resultó ser más una película en diez partes que una serie, y sucede igual con la nueva temporada. “El equipo de guionistas fue capaz de construir y escalar en la tensión sobre la primera temporada de forma muy satisfactoria”, cuenta Bateman. “Esta parte es, en mi opinión, algo más parecido a una secuela que a una segunda temporada”. Bateman, que dirigió cuatro episodios en la primera parte, toma el timón de los dos primeros en la nueva temporada, lo que fue un reto, porque  como director, el tono y el tema resultan sumamente demandantes. “Dentro de este género, debes ser capaz de hacer mucho más que en otras con lo que tiene que ver  el diseño de la producción, la iluminación, la edición o la música para comunicar de qué se trata la escena; al contrario de, por ejemplo, la comedia, (donde) solo se trata ser gracioso”, dice el actor que llegó al máximo del reconocimiento de críticos  y publico  con “Arrested Development “, la comedia de la cadena Fox.

“Me gusta que esta serie porque presenta una gran cantidad de peligro y elementos desconcertantes en todos los frentes, tanto en los familiares a lo largo de la historia como en los emocionales, y me encanta que todo eso necesita de un director para empujar las palancas y comunicarse con la audiencia”, dice el protagonista que  busco  poder dirigir la serie en su totalidad “porque no quería que alguien más se lleve toda la diversión.  Es un guion muy fuerte”, pero entendió que no era tarea fácil la doble función por lo que opto solo encargarse de capítulos claves.

“Los guionistas son muy disciplinados para percibir lo que impacta a los seguidores y la velocidad que prefieren», dice Bateman entre risas. “Trabajan con disciplina, autocontrol y experimentación, y también se escribe para el tipo de audiencia que creemos tener». Y agrega: “Espero que la forma deliberada en que avanza la serie, así como la manera en la que está grabada, actuada y editada, transporte a los espectadores a un mundo que perturba porque renuncia a la ornamentación y al artificio. Para mí, es como si fuera real».

Como actor, Bateman siempre busca interpretar de la mejor manera para que el público sienta una identificación directa y natural,  y para dejar en palabras o expresiones como  debería o podría sentirse la audiencia  con aquello que se muestra. “Me gustan  los personajes que son como la mayoría de nosotros. Que toman decisiones para ver si se pueden acercar a lo que quieren. Creo que mi personaje no hace lo que hace para tener más cosas, no lo hace por codicia, sino para darle seguridad a su familia, algo que cualquiera quiere, entonces se pregunta si se podrá salirse con la suya y que no termine todo mal”.

Marty piensa rápido, encuentra soluciones a todo lo que se le plantea, y sabe leer lo que este juego para tener una verdad irrefutable para salir adelante. «Lo que me pareció interesante de interpretar, que estaba presente en el guión, es que  es un personaje que se ve forzado a estas situaciones que exigen que llegue más allá de lo que probablemente hubiera hecho de otra manera. Mi personaje siempre  está forzado por el entorno a una valentía constante”.

Todo lo que la pareja protagonista hace, como uno podría imaginar, tiene un efecto enorme en sus hijos. La pareja tiene una hija de 15 años, Charlotte, con las obvias  cualidades de las adolescentes de su edad, y un niño de 12 años, Jonah, curioso e inocente en partes iguales. Eso es otro ítem que la trama se verá obligada a seguir explorando, sin dudas, en busca de la identificación  de los  aficionados a la serie.