A diferencia de Juan VI de Portugal, que a fines de 1807 huyó con su corte de las tropas napoleónicas a Brasil para salvar la monarquía de los Braganza, los Borbones se quedaron en España. Carlos Vi abdicó, Fernando VII fue detenido y recuperó la corona recién en 1814, a la caída de Napoleón. El tumultuoso paso de la dinastía de origen francés por la península tuvo un nuevo capítulo esta semana con la huida de Juan Carlos I, designado a dedo en detrimento de su padre Juan de Borbón y Battenberg en 1977 por el dictador Francisco Franco. No fue una revuelta popular o la declaración de la República como su abuelo Alfonso XIII lo que lo alejó del palacio de la Zarzuela en 2014 sino sus escandaletes con Corinna zu Sayn-Wittgenstein, que se difundieron profusamente cuando en un safari para cazar elefantes en Botsuana se rompió la cadera.

La relación con la danesa le costó carísimo al rey. Según una causa abierta en Suiza, la mujer fue tapadera para una coima de mas de 60 millones de euros por negociados con la monarquía saudita. Tras abdicar en favor de su hijo Felipe VI, Juan Carlos se retiró de la vida pública en 2019.

Pero la fiscalía de Ginebra halló pruebas de lavado de dinero tan contundentes como para que el rey emérito anunciara que deja España para no perjudicar más aún a la Casa Borbón. Se ignora dónde está, pero una de las posibilidades es una finca de un millonario amigo en República Dominicana. La Isla Española, donde desembarcó Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492. Para salvar en América una corona acosada de la amenaza de una Tercera República española