El nombre Vasalisa nace de una leyenda popular rusa “Vasilisa” donde hay una muñeca que representa la intuición. Gabriela Cavallone, una vestuarista cordobesa, conocía el cuento tradicional pero desvistió el folklore del país más extenso del mundo para generar una nueva narración en la provincia del centro, al percibir en su realidad cercana un mundo lleno de diferencias para modelar, retazo tras hilacha, su propia leyenda. La historia creció a la par de su hijo Yaco, un pequeño que tenía sobreacceso a muñecas, y ella notó lo que pasaba en las jugueterías: «¿dónde están los muñecos varones?», se preguntó y se lo respondió con el tiempo y su nuevo trabajo. Cavallone además del deseo de reponer el juego que identificara a su hijo, descubrió que la industria del juguete promovía una catalogación en el juego, en los colores rosa-celeste, en los hábitos y en los «cuerpos sociales” de los muñecos y muñecos con ciertas características que descosían la diversión y la distinción para muchos de la población infantil que la rodeaba y que así los limitaba.

                                                           

Mientras agrandaba el estudio de costuras, anteojos y sillas de ruedas como objetos que acompañaran los muñecos, acrecentó esa primera intuición en el interior de los hogares cercanos. Había niños y niñas que no lograban identificarse ni identificar a sus amigos. Pero a Cavallone le cayó la ficha con el nacimiento de la hija de una amiga con Síndrome de Down llamada Emilia, después de haber trabajado un tiempo en ropas para la primera infancia. Su dedicación por los guardapolvos la siguieron durante un tiempo por su trabajo como vestuarista en cine, una labor que dejó para encarar a esta familia liderada por Vasalisa y sus amigos y amigas, un grupo que de día juega y de noche duerme, con bolsitos y camisones que no sólo por sus materiales cuidan el medio ambiente sino que favorecen la estimulación y el tacto, el lenguaje, la imaginación y la sociabilización, entre muchos otros factores. Ellos se divierten.

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Vasalisa atravesó etapas para conformar el grupo que «tiende puentes». Emilia, la muñeca con Síndrome de Down fue clave, en este sentido, porque le determinó toda la línea de los muñecos y muñecas para su creadora. De esta incorporación en adelante,Vasalisa, la protagonista del grupo, adora jugar con todos sus amigos. En cortos promocionales Vasalisa exclama una diversión diversa: “Con cada uno hago cosas distintas, y entre todos la pasamos genial”. Algunos de sus amigos son: Pascual, con quien buscan cometas y galaxias; Emilia, con quien se divierte mucho porque “con ella con solo mirarla nos tentamos de la risa”. A Juana le encantan las palabras y con ella inventan historias, aunque no es la única porque Lila también inventa historias pero con dibujo y colores. Además al grupo se suma Santi, que dice que va a ser un gran baterista y “cuando me mira yo me pongo colorada, es que usa unos anteojos de colores. Es tan lindo”, admite en su video Vasalisa.

Quienes llevan a cabo Vasalisa aman las diferencias y quieren “un mundo donde quepamos todos”, hacer cosas distintas con los amigos, pasarla bien juntos, por lo que cada uno inventa y “vivencia” qué quiere ser, como así también qué pasa cuando “mi amiga me mira o cuando mi amigo me mira: me río porque me ve con los anteojos de colores”, dice la primera muñeca.

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Gabriela escribió en su línea: “Vasalisa es chiquita y tiene un secreto adentro, en el corazón: todos tenemos magia y la podemos regalar a los que queremos mucho.” Por eso Vasalisa y sus amigos son adecuados para hacer que niños y niñas encuentren en sus juguetes nuevas sensibilidades, que miren las estrellas panza arriba, que deseen ser y hacer, que trepen los árboles, anden en patineta, vivan cerca del mar y que desayunen frutas, desarrollando el buen humor, o que como Begonia, que tiene rulos y vive en las sierras cordobesas, caminen hasta el río y encuentre tesoros, una piedra lisita, una hoja morada. Todo esto sin prejuicios ni suposiciones.

Cavallone cuenta a Tiempo Argentino que Valentín es el último miembro del grupo incorporado, en una iniciativa muy original que se dio en actividad colaborativa con la comunidad: «Es bastante importante porque nos ayuda a definir la propuesta, es un muñeco en silla de ruedas. La gente entiende sin que lo tengamos que explicar demasiado.»

                                                     

Pero esta vez la visibilización se dio de otro modo a las anteriores en relación a poner el nombre al muñecos y contar historia. Le pedió a la comunidad que le pusieran un nombre, hizo un sorteo de unos 150 nombres y resultó «Valentín». Además el compromiso colaborativo llegó al Hospital provincial de Niños de la Santísima Trinidad, en Córdoba (capital), en donde se  entregaron todos los miembros del grupo de juguetes. «Fue muy emocionante porque el año que viene queremos hacer actividades juntos. Yo por un lado quiero que esté en jugueterías, pero lo cierto es que además de eso que es un desafio, tienen que estar en las escuelas porque es otra instancia de juego.»

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El avance  en instituciones es fundamental pero resulta prioritario que Vasalisa llegue allí donde no se espera. «Es muy rico el juego, es necesario que hagamos un avance a las instituciones porque el juego es socializado de un modo diferente. Que sea natural acceder a las diferencias, que estén y las incorporemos con naturalidad. Yo no quiero que estos juguetes vayan a escuelas especiales solamente porque hay una vivencia que está impregnada y que la comprende sino en un lugar donde no está ni la comprende todavía», explicó Cavallone.

¿Cuál será el próximo o la próxima muñeca? Su creadora adelanta que ya están las familias para armar en formato de tienda online con muchas opciones, incluso se podrá pedir agregados para ensamblar familias, tíos y abuelas o abuelas, también mascotas para elegir con quién jugar, con quién hacer, así cómo y con quién vivir.

Para ver más acerca de Vasalisa ver aquí.