Roxi parió su segunda hija, Inés, y su mirada del mundo y las relaciones vuelven a cambiar. Los martes a las 23 por la TV Pública  y luego en la plataforma CONT.AR, se podrá ver cuáles son los descubrimientos que posibilitó el nacimiento de Inés, que en combinación con la mayor, Clara, y el ahora padre de dos, Fabián, es una combinación de variables casi indescifrable. Ese magma de nuevas sensaciones comenzarán a manifestarse cuando “todos empiecen a opinar que ya es tiempo de destetar a Inés; y como sabemos lo que Roxi odia es que todo el mundo opine sobre lo que tiene que hacer ella como madre”, cuenta Julieta Otero, que hace de Roxi en la tira, pero también es autora de esta creación que nació como un blog en el que volcar, en busca de la alquimia terapéutica, las múltiples contradicciones que vivía por ser madre progre de una hija que entraba en la adolescencia (mientras la siguiente empezaba a despedirse de la primaria).

“En el primer capítulo aparecen los temas de esta segunda maternidad, que surgen en medio de un crecimiento profesional de los miembros de la pareja, justo en cuando ella inaugura un nuevo espacio laboral”. Con el toque de humor que siempre la caracterizó, a las dificultades logísticas que trae combinar las necesidades propias y las de los dos crías -sin contar las de las pareja- se suma la profundización de este personaje que, sin reflexionar abiertamente, es altamente reflexivo. “Todo sale de las vivencias de Azul (Lombardía) y mía, sumadas a los que vemos, escuchamos, historias de nuestras amigas, las que también aporta Lucas (Mirvois), la tercera parte de esta creación. Yo soy como la más neurótica por el tema del contenido. Por contar esto que en definitiva es una historia de amor, de fracasos y de decepciones. También de aceptar los errores propios. Pero todo esto y lo que viene  está tratado con humor.”

Otero dice que no están pensando en transmitir algo en especial, sino en poder contar “cómo hacés para que te salga bien la vida, cómo combino lo personal y lo profesional”. Acaso ahí está el secreto de que siendo una serie de, a simple vista, temática femenina heterosexual, su target sea muy amplio. “Un grupo importante de nuestros fans son los adolescentes. De hecho fueron los que generaron esa expresión ‘menos Roxi’, o ‘estás muy Roxi’. Y ellos están lejos de tener hijos y menos de quererlos. Tal vez porque ven cosas de sus madres, pero creo que más que nada porque les encanta la música, los colores, el ritmo, la dinámica, algo en el relato que avanza aunque atraviesa situaciones difíciles; es muy arriba, muy pilas el programa.”

Virtud que también funciona para encontrarle la vuelta a poder hablar de la realidad sin tener necesidad de la coyuntura. “Los procesos creativos no son rápidos, no es que la grabamos este año. Tiene una visión política del mundo pero no coyuntural. Rescata una montón de cosas que tiene que ver con un Estado presente, con nuestra realidad llena de dificultades, con deseos y sueños de personajes que viven en una sociedad. Pero no hay nada que sea muy concreto ni literal. Por eso le pusimos Según Roxi, para poder poder ser particulares, chiquitos; es como decía Pizarnik: espiar desde la alcantarilla. Es chiquita y se puede globalizar.”

En consecuencia, por ejemplo y pese a los tiempos, habrá pañuelos verdes (llevados por sus hijas en la vida real), pero “el guión es el guión”. Puntualiza: “No estamos corriendo con el aquí y ahora: Roxi tiene una mirada del mundo y está clarísima”. Aunque, claro, tiene una coyuntura que no propicia “el espacio de reflexión o militancia; está totalmente detonada. Podemos pensar que Roxi es una feminista sin saberlo: describe la desigualdad y la injusticia que siente en este mundo, pero no puede participar de un espacio de reflexión, de militancia, está chupada por lo doméstico y lo laboral. A lo largo de esta temporada va a empezar a abrir un poco su panorama. Porque Roxi es de una clase media furiosa, de compatibilizar todas las ambiciones con la falta de guita: es como una contradicción con patas.”