«¡Chubut, Chubut, Chubut!». La popular y el campo del estadio General Sarmiento, en Resistencia, Chaco, clamó por la sede del próximo Encuentro Nacional de Mujeres, que fue elegida tras una difícil definición con La Plata, otra de las sedes propuestas. Y será en Puerto Madryn, lugar que eligieron por consenso luego de proponer también la cuidad de Esquel.

«¡Muchas gracias!», gritó en mapuche María Vidal Ñancucheo, una de las originarias que venía proponiendo esa provincia de la Patagonia, mientras flameaba la bandera mapuche y algunas compañeras levantaban en el escenario la foto de Santiago Maldonado.

«Proponemos que el Encuentro Nacional de Mujeres 2018 sea en tierra mapuche, para hacer frente al avance de las corporaciones sobre las tierras y lagos de nuestras hermanas y hermanos. Por Santiago Maldonado y por todos los desaparecidos mapuches», argumentó otra de las integrantes de Chubut con micrófono en mano, antes de que la provincia sea la elegida.

Aplausos y algarabía.

La propuesta de La Plata se fundamentó en que allí se encuentra la Gobernación que conduce María Eugenia Eugenia Vidal, «quien junto a Mauricio Macri representan el hambre, el ajuste y la represión», dijo la representante de la capital de la Provincia de Buenos Aires. De fondo, desde la tribuna se escuchaba: «Se siente, se siente, La Plata es la siguiente».

La tercera propuesta fue la Ciudad de Buenos Aires, haciendo eje en que se trata de la sede del poder político. Pero tuvo muy pocas adhesiones.

La Plata y Chubut tuvieron que desempatar en tres rondas de aplausos, la modalidad utilizada cada año para decidir dónde será el ENM siguiente, y que en 2018 tendrá nada menos que su edición número 33.

Hubo otras propuestas que se habían presentado ayer, como Jujuy, Neuquén, Santa Cruz y Catamarca, pero quienes lo hicieron no asistieron al cierre para presentarlas y argumentarlas.

«Voté por Chubut porque me resultó interesante la propuesta y porque aquí en Chaco sucede lo mismo con los pueblos originarios, muchas de nuestras mujeres indígenas están desaparecidas», contó a Tiempo Gladys Palacios, de 39 años y «portera precarizada», tal como se define, en una escuela chaqueña. Este es su primer encuentro y aseguró que no se pierde «ni loca» el próximo.

Ailén Guerra, una estudiante rosarina de 22 años, votó en cambio por La Plata porque le parece que «es un lugar más grande y va a permitir mayor participación de mujeres de todo el país». «Igual estoy muy contenta con que sea en Chaco», agregó.

«Vengo de La Plata donde milito y trabajo desde hace muchos años, pero soy chubutense. Cuando escuché las propuestas me tomaron por sorpresa y elegí Chubut, me tiró más el corazón, ni lo pensé en términos de estrategia», contó por su parte Marisa Raso.

Cuando terminó la elección de la próxima sede, ya con muchísimas menos de las casi 70 mil mujeres que asistieron al ENM, comenzó la lectura de las conclusiones de los 71 talleres que se realizaron durante el fin de semana. Poco a poco los colectivos que esperaban en la puerta comenzaron a llenarse. Un nuevo encuentro, un nuevo ritual feminista único en el mundo, había terminado.