La muerte de Nelson Cardozo, sobrino de uno de los presos políticos de Jujuy, en su celda del Penal N°1 de Gorriti, fue un homicidio. Así lo determinó la autopsia en la que los médicos forenses concluyeron que el joven de 21 años falleció por “golpes y asfixia mecánica por estrangulamiento manual”.

La víctima era el sobrino de Alberto «Beto» Cardozo, miembro de Tekuré que integra la red de organizaciones sociales junto a la Tupac Amaru, que se encuentra preso en ese mismo penal. La autopsia determinó que Cardozo falleció a raíz de golpes y asfixia mecánica manual producida por terceros, según informaron a la prensa fuentes de la investigación.

Nelson Rodrigo Cardozo, conocido como «Pochi», fue encontrado muerto en una celda del pabellón Nº3 de la Unidad Carcelaria 1, ubicada en el barrio Gorriti de la capital jujeña. A diferencia de su tío, preso por integrar la Tupac Amaru, Nelson estaba procesado en una causa por «homicidio calificado por el número de participantes y por alevosía».

Su muerte se produjo a las 11:30 y fue encontrado por sus compañeros de pabellón cuando volvieron del patio. Pese a lo dudoso del hecho, a media tarde el Servicio Penitenciario emitió un comunicado de prensa en el que informaba, de manera contundente, que la muerte había sido por un suicidio. El hecho provocó una revuelta entre los internos -que no llegó a convertirse en motín- fue reprimido por la policía y dejó como saldo por lo menos 15 heridos.

Por los incidentes fueron detenidos el subdirector del Penal, Diego Ruiz, siete efectivos del servicio penitenciario y dos internos, ambos compañeros de celda de Nelson Rodrigo Cardozo.

Tras conocerse el episodio, el coordinador nacional de la Tupac Amaru, Alejandro «Coco» Garfagnini, hizo responsable al gobernador Gerardo Morales por la seguridad de los presos políticos. «La muerte de hoy en el Penal de Gorriti no es ajena a la lógica perversa que ha iniciado en diciembre Morales con la detención de compañeros, el allanamiento de viviendas sin orden y con policías sin identificación, la extorsión permanente a los detenidos y a sus familias para que declaren en contra de Milagro Sala”, expresó.

La muerte de Cardozo se produjo el mismo día en el que la justicia jujeña redobló las presiones sobre Milagro Sala, a quien acusó de tentativa de homicidio como respuesta al reclamo de libertad inmediata de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).