Desde la central obrera minimizan el impacto de la reforma laboral y aseguran que la intención del Gobierno sigue siendo modificar los convenios. Plantean un escenario complejo para las paritarias del año que vine
Lo difícil va a ser en marzo y en
abril, aseguraron sin dudar los máximos dirigentes de la CGT en dialogo con
Tiempo y mostraron sin tapujos su falta de reparo ante la sanción de la reforma
laboral que los tuvo en el ojo de la tormenta por casi un mes.
Zanjadas las diferencias internas
que se terminaron de plasmar en la movilización que el dirigente camionero
Pablo Moyano encabezó al Congreso junto a las dos CTA y los movimientos
sociales, la CGT se abroquela para cuestionar el pacto fiscal y la reforma
previsional. Más allá de eso, todos y cada uno de los dirigentes saben que el
2018 será un año complicado y que, particularmente, los meses de marzo y abril
serán en los que se diriman las verdaderas diferencias entre el Gobierno y los
representantes sindicales.
En esos meses los gremios grandes comenzarán
a discutir las paritarias. La certeza con la que diagnóstica la CGT sobre lo
que sucederá asusta. Van a ir por los convenios. La reforma laboral es un
engañapichanga. El ejemplo es lo que está pasando con el SAT (Sindicato
Argentino de Televisión) les negocian el aumento contra la apertura del
convenio para modificarles 15 puntos, enfatizó uno de los dirigentes con más
recorrido dentro de la central sindical y que hace algunos años ostentó un
cargo importante.
También, off the record para preservarse
de posibles reprimendas, otro de los sindicalistas señala que todos los secretarios
generales sabemos que el problema es el plan económico y que el año que viene
va a ser muy duro. Seguramente todos los gremios tengamos que salir a la calle
para defender los convenios, explicó el referente y aclaró: Los gremios que
tengan espaladas van a sobrevivir, los que no la tengan van a terminar de
rodillas.
Pese al diagnóstico demoledor la
CGT no se apresura. Sigue a píe juntillas las estrategia trazada y se prepara
para lo que entiende será una de las peleas más importantes con el Gobierno de
Mauricio Macri, la de las paritarias del próximo año. La
preocupación y el diagnóstico cruza a todos los rubros y actividades: desde el
estatal Andrés Rodríguez hasta los camioneros, pasando por Alimentación.