Los movimientos sociales ya son un espacio consolidado dentro del espectro político argentino. El año pasado, desde el sindicalismo tradicional, decidieron abrirle las puertas de la CGT a los trabajadores de la economía popular. Un reconocimiento expreso al peso específico de estas organizaciones.

Las organizaciones sociales ven a la CGT como la llave, entre otras cosas, que le puede terminar de abrir el camino para tener su propia obra social. Por su parte, la CGT con dirigentes vetustos, un alto grado de rechazo de la sociedad, y alejados de los sectores populares ven en los Movimientos Sociales un puente con los sectores populares y una gran capacidad de movilización capaz de garantizar cualquier movilización.

De hecho la movilización del 21F fue una muestra cabal de los que la economía popular puede aportar en ese sentido, más allá claro de las columnas del sindicalismo tradicional.  Por eso, en la reunión posterior de ese colectivo variopinto en la que se comenzó a gestar la próxima movilización prevista para el primero de Mayo los referentes de los movimientos sociales estuvieron presentes. Sin embargo, algunos de los dirigentes de los movimientos sociales se comunicaron con Tiempo para aclarar que más allá del apoyo con el sector que lideran de manera visible Hugo y Pablo Moyano los puentes con los gordos de la CGT no está roto.

“Nosotros nos vamos a reunir con todos. De hecho nos estamos reuniendo”, aclararon.

El objetivo de los movimientos sociales es sencillo: Ingresar de lleno en la CGT. El escenario de una CGT fracturada no es el ideal. Desde los movimientos explican que las negociaciones para el ingreso formal están en marcha, pero las negociaciones eran con el triunvirato. Ese contexto desapareció, por lo tanto siguen dialogando con los sectores por separado.

“No teníamos margen para no ir a la movilización, y eso (Héctor) Daer lo entendió”, explicaron y agregaron: “Nosotros nos sentamos con todos porque queremos la unidad de la CGT. Eso es lo que planteamos”.

La percepción de que los miñones de trabajadores de la economía popular deben ser cobijados por la CGT fue, en primer momento, planteada por Juan Carlos Schmid pero hoy es una visión extendida a lo largo de toda la central sindical.

Los Movimientos sociales son conscientes de eso, sin embargo se mueven con extrema cautela.