Los 2891 archivos secretos sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy publicados por el gobierno de EE UU ofrecen pocos detalles enigmáticos sobre el hecho que conmocionó al mundo hace más de cinco décadas, pero las revelaciones más explosivas son las que no tienen que ver con el magnicidio y que involucran a la CIA y el FBI. Por algo ambos servicios se opusieron a la publicación y, finalmente, lograron que algunos todavía permanecieran ocultos a la luz pública.

Algo realmente shockeante es la revelación del plan de la CIA para sembrar el terror en Miami con el fin de inculpar a Fidel Castro. Tras el éxito de la Revolución Cubana, la agencia consideró seriamente hundir a un barco cargado de refugiados, asesinar a los líderes del exilio y colocar bombas en Miami.

La idea básica era volver a la opinión mundial contra Castro y justificar una invasión militar para detener las supuestas atrocidades. Los detalles de la trama se incluyen en un resumen sobre la Operación Mangosta, publicados por el Miami News Times, una operación encubierta de 1960 tramada por la CIA bajo el presidente Dwight Eisenhower, con el objetivo de derrocar al gobierno castrista.

La campaña fue incluida en un informe sobre «pretextos» que los Estados Unidos podrían  pergeñar para justificar una intervención militar en Cuba. El paper fue enviado por el General Edward Landsdale, un alto oficial que en la Guerra Fría que trabajó con la CIA para planear la Operación Mangosta. El documento incluye otras tramas planeadas en Washington, incluida la idea de utilizar armas biológicas para arruinar las cosechas de Cuba para provocar una hambruna y un levantamiento contra Castro.

Otros documentos confirman algunas de los planes más burdos que siempre circularon como datos ciertos o mitos de la historia para asesinar a Castro, como los cigarros explosivos o contaminar su traje de buceo.

Con respecto al magnicidio en sí, cientos de libros y películas, como JFK de Oliver Stone (1991), alimentaron la teoría de la conspiración, señalando a rivales de la Guerra Fría como la Unión Soviética o Cuba, la mafia e incluso al vicepresidente Lyndon B. Johnson. Las investigaciones realizadas por Norman Mailer para su extraordinario libro Oswald, un misterio americano o la de James Ellroy para su trilogía, en cuyo primer libro, América, se cuenta con lujo de detalles la participación de la CIA, el FBI y la mafia en el gobierno de JFK, especialmente en las operaciones contra Cuba. Por ejemplo, un documento de 1975 confirma  cómo en los primeros días de la presidencia Kennedy la CIA ofreció 150 mil dólares al jefe mafioso italoamericano Sam Giancana para organizar el asesinato de Castro. A cambio, Giancana solicitó la ayuda de la CIA para poner un dispositivo de grabación en el cuarto de su amante, de quien sospechaba que estaba teniendo una aventura.

«Estoy muy decepcionado», dijo Philip Shenon, autor de Un hecho cruel e impactante: la historia secreta del asesinato de Kennedy, sobre la publicación de los documentos. «La mayoría son documentos que ya hemos visto antes», dijo. «Los realmente importantes, algo así como los súper secretos, no forman parte de la publicación en su mayoría», explicó. «Tendremos que esperar al menos hasta abril y temo que nunca los veamos», agregó. Trump dio a la CIA, el FBI y otras agencias seis meses para exponer las razones que justifican la retención de esos documentos.

Sin embargo, opinó ante la agencia AFP que, aunque no hubo revelaciones importantes, sí se encontraron algunas «golosinas interesantes». Destacó un archivo en el que el entonces director del FBI J. Edgar Hoover dice, sólo un día después del asesinato, que es importante «convencer al público de que Oswald es el verdadero asesino. El FBI estaba absolutamente determinado, sin importar los hechos, a probar que Oswald era el único atacante, un lobo solitario, que no había nadie más involucrado», señaló Shenon.

Uno de los documentos incluye la transcripción de una conversación de Hoover dos días después del magnicidio. Hoover dijo que el FBI informó a la policía de una amenaza contra la vida de Oswald. Pero no se tomaron medidas y Jack Ruby lo mató mientras era escoltado por policías hacia un juzgado.

Aunque muchas teorías han vinculado a Oswald con operativos cubanos o soviéticos, un memo de 1963 del FBI indicaba que la muerte de Kennedy generó duelo en la Unión Soviética. Según una fuente, «oficiales del Partido Comunista de la Unión Soviética creían que había una conspiración de parte de la ultraderecha en EE UU». Los soviéticos temieron que el asesinato fuera usado como pretexto para «detener las negociaciones con la Unión Soviética, atacar a Cuba y luego expandir la guerra». «

Twitter contra los medios rusos

Tras la decisión de Twitter de bloquear la publicidad de la cadena Russia Today y la agencia de noticias Sputnik, alegando que la intentaron interferir en el proceso electoral estadounidense de 2016, provocó una enérgica reacción del Kremlin. «Lamentamos este hecho, en primer lugar porque es probable que la empresa sea víctima de profundos prejuicios contra nuestros medios», indicó el portavoz presidencial Dmitri Peskov. Tras la medida, RT denunció que Twitter presionó a la cadena de noticias rusa a realizar una gran compra de publicidad durante la campaña electoral para esos mismos comicios, oferta que la cadena rechazó. 

Según la Cancillería rusa, la decisión de la red social representa una violación de la legislación nacional e internacional que garantiza la libertad de expresión. La directora del grupo RT, Margarita Simonián, declaró que es probable que los medios de comunicación estadounidenses en el territorio ruso sientan «toda la ‘ternura’ de las contramedidas» por parte de Rusia. «