«Bien quisiera tener el talento descriptivo suficiente como para presentar palpitantes y vivos los sufrimientos y necesidades de este pueblo. Yo sé que por este informe voy a recibir críticas porque la verdad, la imparcialidad y la justicia siempre las provocan, pero no se quitan las llagas ocultándolas o velándolas a la vista del cirujano. Es preciso, por el contrario, presentarlas en toda su desnudez manifestando sus antecedentes con toda sinceridad para aplicarles el remedio conveniente. Mucha sería mi satisfacción si de este informe pudiera resultar un nuevo grano de arena puesto en el edificio del progreso nacional.» Estas palabras pertenecen al prólogo del Informe sobre el estado de las clases obreras argentinas, presentado el 30 de abril de 1904 por el Dr. Juan Bialet Massé, médico y abogado catalán radicado en Argentina.

Dicho informe había sido  encomendado por el entonces presidente Julio A. Roca y su ministro del Interior, Joaquín V. González, con el objetivo de conocer las condiciones de trabajo en el interior de la Argentina y sentar así las bases para una legislación obrera. Bialet Massé solicitó completar el informe con la incorporación de fotografías de las provincias de Tucumán, Córdoba, San Luis, Mendoza y San Juan.

Hoy, una selección de ese material fotográfico se expone en la muestra Bialet Massé: Fotografías de trabajadores rurales en la Argentina que puede verse en el Centro Cultural de la Cooperación (Sarmiento 1543, CABA), con investigación, producción y curaduría de Ignacio Giorgio y Mariela Staude.

La exposición se completa con cuatro breves ensayos fotográficos de Matías Sarlo, Andrés Larrovere, Paula Jiménez, Ilana Reck, Delia Ramírez y Luján Oliveira. Todos ellos siguieron el camino de Bialet-Massé para registrar la situación actual de los trabajadores

Hay, además, un valioso material ajeno al Informe que muestra el costado más íntimo de su autor: una serie de cuadernos de artista, realizados por una de sus bisnietas, Alejandra Díaz Bialet, reproducciones de fotografías familiares y el poema La Caja de otra de sus bisnietas, la poeta Patricia Díaz Bialet.

La exposición se enmarca en un proyecto más amplio que contempla una página web, muestras itinerantes, charlas y conferencias. El objetivo es promover la reflexión sobre el lugar de la fotografía en la visibilización de los trabajadores argentinos y resaltar la absoluta vigencia que el informe mantiene hasta hoy (info: hppt://.proyectobialet.com)

 «Nuestro trabajo –explica Giorgio– consistió en tratar de vincular las fotografías con el informe mismo. Nos llamó la atención que ese Informe estuviera dividido en dos partes. La primera consistía en los viajes que había realizado Bialet por las provincias de Chaco, Santa Fe, Jujuy y parte de Salta y no tenía fotografías. Estas aparecían en la segunda parte. Pudimos acceder a unas copias y la conclusión que sacamos fue que la fotografía en esa época, en pleno auge de las ideas positivistas, contribuía a fortalecer ese discurso. Pueden verse las máquinas que se utilizaban en los ingenios o en los talleres, hay mucha presencia de la cuestión industrial, de los establecimientos, pero el trabajador aparece en un segundo plano. Hay que entender que en el año 1904 había limitaciones técnicas para fotografiar el movimiento y los primeros planos. No obstante, existía un contrapunto entre la fotografía documental y la crítica que se plasmaba en ese Informe. Al contrario de este, las fotos no dan cuenta de lo que eran las jornadas excesivas de trabajo, de las malas condiciones en que se realizaba, ni del agotamiento de los trabajadores. Suponemos que Bialet Massé los organizaba para sacar esas fotografías tradicionales que están posadas.»

 «En 1904 –agrega– ya había en el país una influencia de las ideas socialistas y anarquistas. En el gobierno la necesidad del Informe nace como una necesidad de contrarrestar esto y establecer una ley del trabajo. Pero el documento termina constituyendo un elemento de crítica porque, si bien muestra las potencialidades del país, plantea que hay condiciones objetivas de los trabajadores que tienen que ser revertidas y hace una defensa del trabajador criollo frente al inmigrante. También se refiere a la situación de la mujer y del indio que es mano de obra en los ingenios.”

Como lo previó el autor, el informe fue recibido como una crítica muy dura por el ministro del Interior, Joaquín V. González. «