La nueva estrategia de los Estados Unidos para enfrentar, deslegitimar y posiblemente derrocar o desplazar al gobierno venezolano de Nicolás Maduro se potenció en la última semana con la decidida intervención del secretario de Estado de Donald Trump, Mike Pompeo, lo que allanó el camino a gobiernos de la región abiertamente enfrentados con el chavismo y reunidos en el Grupo de Lima, como al «cruzado» secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. Todos llamaron a desconocer el gobierno reelecto de Maduro que debe asumir el próximo 10 de enero, y a que transfiera el poder al Parlamento, lo que generó la respuesta venezolana acusando de «alentar» un golpe de Estado con apoyo de Washington. El GL realizó su reunión en la capital peruana el viernes con la inédita participación vía teleconferencia del propio Pompeo. «Se reúnen para recibir órdenes de Donald Trump», criticó el canciller venezolano Jorge Arreaza.

Pompeo asistió el martes a la asunción de Jair Bolsonaro en Brasilia, a donde llevó el «cálido saludo del pueblo estadounidense». Allí mantuvo reuniones con los cancilleres brasileño, Ernesto Araújo, y peruano, Néstor Popolizio, con quienes acordó incrementar la presión sobre Maduro.

En su Twitter, el estadounidense publicó la foto de un amistoso encuentro con el nuevo presidente de Brasil, y escribió: «Gran encuentro con el presidente Jair Bolsonaro para reforzar nuestro compromiso compartido por la democracia, la educación, la prosperidad, la seguridad y los Derechos Humanos. Ansiamos trabajar juntos para apoyar a quienes sufren en Cuba, Nicaragua y Venezuela bajo el yugo de las dictaduras».

En esa meta, Estados Unidos no descarta la instalación de una base militar en Brasil, como reconoció el propio Bolsonaro el jueves, cuando dijo además sentir «preocupación» por las maniobras militares que realizaron a principios de diciembre Venezuela y Rusia en suelo venezolano y que fueron criticadas también por Duque. Detrás de esa crítica, está la preocupación de EE UU por el crecimiento de Rusia y China como potencias y su acercamiento cada vez más estrecho hacia Venezuela.

Después de su paso por Brasil, el funcionario de Trump tuvo su encuentro programado con Duque. Se trató, significativamente, del primer acto oficial de 2019 del colombiano.

En la cumbre de Cartagena, acordaron unir esfuerzos para aislar diplomáticamente al gobierno de Maduro y «recuperar» la democracia en Venezuela. En su declaración, Pompeo dejó ver que apuesta a Duque, un férreo enemigo de Maduro, como quien lidere la postura antichavista en la región. «La larga tradición democrática de Colombia lo convierte en un líder natural en los esfuerzos regionales para apoyar la democracia y el estado de derecho en Venezuela», dijo en una declaración conjunta.

El secretario aseguró que en el encuentro hablaron de cómo pueden «colaborar con aliados regionales e internacionales para ayudar a los que huyen y ayudar a los venezolanos a recuperar su herencia democrática».

Por su parte, Duque, que asumió el poder en agosto con la promesa de aislar diplomáticamente a Maduro, instó a que los países defensores de la democracia se unan para rechazar la «dictadura» venezolana, que ha provocado una ola migratoria en la región.

Duque esperaba que el Grupo de Lima tomara su postura de «cercar» a Maduro. Así fue. En la reunión del viernes, el GL resolvió en una larga declaración de 13 puntos desconocer al nuevo gobierno venezolano que asumirá el próximo jueves, porque el acto eleccionario en que triunfó como candidato «carece de legitimidad por no haber contado con la participación de todos los actores políticos».

La reunión tuvo algunos hechos característicos. México no participó, a pesar de ser uno de los 14 miembros que el espacio tiene actualmente (originalmente eran 19). Fue la primera experiencia del gobierno de Bolsonaro, que mandó a su nuevo emisario. Pero sin dudas lo más significativo fue la «asistencia» de Pompeo, según había anunciado el gobierno de Trump el día anterior. Más allá de esta participación inédita, la agencia AFP afirmó que fuentes diplomáticas confirmaron el monitoreo de EE UU en las decisiones del grupo: «Es usual que al final de cada reunión del Grupo de Lima haya una conferencia telefónica con el Departamento de Estado, para ofrecer un resumen de lo acordado». «

Almagro y la OEA se pliegan a la movida

En sintonía con lo decidido por el Grupo de Lima, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, llamó el viernes a desconocer el segundo periodo presidencial de Nicolás Maduro en Venezuela. «Urgimos a Comunidad Internacional desconocer a @NicolasMaduro, abstenerse de proveer ayuda financiera y militar», escribió en Twitter el secretario general de la OEA.

Horas antes, la OEA convocó una sesión extraordinaria sobre Venezuela el próximo jueves, coincidiendo con el inicio del segundo mandato de Nicolás Maduro, tras unos comicios desconocidos por varios países latinoamericanos, Estados Unidos y la Unión Europea.

El presidente del Consejo Permanente, Carlos Calles Castillo, representante de El Salvador, convocó la reunión para el jueves 10 a las 11 de Washington.  El encuentro fue solicitado por las misiones de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos, Guatemala, Paraguay y Perú.

El Grupo de Lima fue creado en 2017, y está integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía.