En el año de menor producción de la última década y de mayor incertidumbre laboral, las terminales automotrices radicadas en el país dominaron ampliamente las importaciones de vehículos que aumentaron entre el 40 y el 46% respecto de 2015, informaron fuentes del sector. El origen mayoritario de los importados es Brasil y en la actualidad seis de cada diez autos que se venden en la Argentina fue fabricado en el país vecino.

Las terminales son las principales importadoras de vehículos. Mientras la producción de las fábricas cayó un 14,6%, ingresaron al país 466.584 unidades terminadas, un 46% por encima de 2015, cuando entraron 320.604, informó la Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales (CIDOA). Más del 90% fue importado por las terminales.

El comportamiento empresario se dio a pesar de que a mediados de año se prorrogó el acuerdo comercial con Brasil hasta 2020 y que el Congreso aprobó la Ley de Autopartes, que estableció beneficios impositivos para las terminales que usen autopartes locales.

Del total que se importó el año pasado, 389.292 vehículos (el 83%) llegaron desde Brasil, mientras que otros 38.361 (8%) arribaron desde México y un 8% restante se compró a fábricas de extrazona (38.931 automóviles).

Para la consultora Abeceb, las importaciones treparon un 39,93% en 2016, con 473.109 vehículos (fundamentalmente desde el socio comercial del Mercosur) contra los 338.093 autos de 2015.

En su estadística anual, la Asociación de Fábricas (Adefa), informó que de la producción de 472.776 unidades quedaron en el mercado interno unos 282.768 vehículos. En un mercado que el año pasado vendió 709.482 automóviles se deduce que la participación importada fue de alrededor de 426.714, un número vecino al 46% que informó CIDOA a Tiempo.

Guillermo Artagaveitya, importador de Hyundai y directivo de CIDOA resaltó que «más del 90% de lo importado corresponde a operaciones de las terminales», que tienen filiales en el país y en el extranjero. El empresario aseguró que el importador «puro» ostentaba en los años 90 el 10% del mercado, pero después de la crisis de 2001 cayó al 2 por ciento. El porcentaje actual, señaló, es prácticamente una constante desde 2010.

Arturo Scalise, representante de Mitsubishi y miembro de la cámara, criticó la administración del intercambio que sostienen los países del Mercosur a diferencia de países como Canadá o Australia, donde los complejos fabriles se encaminan a la desaparición.

En el arranque del año que el gobierno señala como «el de la recuperación», los datos duros inquietan a los partidarios de una industria fuerte con intensa demanda de empleo calificado.

En las estadísticas del gobierno brasileño, que calculan el intercambio de automóviles y otros vehículos motorizados con sus partes y accesorios, en 2016 la Argentina compró al vecino por un total de U$S 6305,19 millones contra los U$S 5193,63 millones de las operaciones de 2015, un aumento del 18,77 por ciento. A contramano, las exportaciones de Argentina a Brasil cayeron el año pasado un 23,39% con operaciones por U$S 3328,11 millones después de haber alcanzado los U$S 5193,63 millones en 2015. «

Balanza negativa

La importación de autopartes cayó un 9,9% entre enero y diciembre de 2016, atada a la situación productiva de las terminales, informó Juan Cantarela, dirigente de la Asociación Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC). Las compras al exterior costaron U$S 7200 millones. Con todo, la balanza comercial sectorial dio negativo: las exportaciones de partes nacionales a mercados del exterior cayeron un 11,5% con una recaudación de U$S 1464 millones, informó el empresario.