Como en la lucha de relevos, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y su par de Producción y Trabajo, Dante Sica, entran y salen del ring para responder las críticas que recibe la política económica y defender las decisiones de Mauricio Macri y la alianza Cambiemos.

Pero las intervenciones de los funcionarios no siembre logran los efectos buscados. Peor todavía, muchas veces son brutalmente desmentidos por los contundentes números de la realidad. Algo similar a lo que sucedió el mes pasado, cuando Mauricio Macri había anunciado que la inflación estaba bajando, días antes de que el Indec informara una nueva suba interanual.

Por caso, el titular de Hacienda, la semana pasada afirmó que la economía se empezó a recuperar en la primera parte del año y que incluso repuntó la creación de empleo. En ese momento nadie supo qué datos exclusivos manejaba el importante funcionario pero apenas unos días después la industria le dio un revés que reeditó la metáfora de la pedaleada en el aire.

Este martes, la Unión Industrial Argentina (UIA) publicó la última edición de su informe mensual que consignó una caída del 7% en enero último.

La UIA destacó que la caída afectó a “casi todos los rubros” estudiados salvo metales básicos. Entre los sectores más recesivos quedaron nuevamente la industria automotriz (que normalmente opera menos en verano pero que en este caso además viene muy afectada por la crisis) con un retroceso del 32,3% en el primer mes del año; la textil, con una caída del 27,9% atada al derrumbe del consumo; y los minerales no metálicos, que se desplomaron un 17,9% debido al pésimo momento de la construcción que tiene congelada la demanda de cemento.

Pero la UIA también informó una caída del 24,3% en las exportaciones de manufacturas en el marco de la desaceleración generalizada de las ventas al exterior.

La balanza comercial sin embargo fue superavitaria con un saldo positivo de U$S372 millones pero la fuente explicó que obedece a una importante caída de las importaciones que lejos de ser una buena noticia indica la débil demanda de insumos y maquinaria por parte de las fábricas argentinas.

El empleo industrial fue otro de los aspectos en rojo. El último dato registrado es de diciembre de 2018 y consignó una caída del 0,14% respecto a noviembre de ese año; en concreto 1.566 empleados menos siendo diciembre el treceavo mes de caída del empleo industrial.  

Con estos datos sobre la mesa la afirmación de Dujovne se vuelve especialmente llamativa pero enciende las luces de alerta frente a lo que viene, porque los funcionarios del gobierno y el propio presidente Macri se afirman en la hipótesis del rebote pero los datos negativos siguen proliferando.

Por ejemplo, según la consultora privada Orlando J. Ferreres & Asociados (OJF) la industria continuó con la caída en el segundo mes del año. Para el Indice de Producción Industrial (IPI) que elabora esa entidad la actividad de las fábricas fue todavía más negativa, con un retroceso del 9,2%.

Solamente entre enero y febrero la producción cayó un 8,7%, informó la fuente a la cual no se le podría reprochar la menor intencionalidad respecto del gobierno de Cambiemos.

Para esta medición los sectores que más fuerte anclaron la actividad en febrero fueron, nuevamente la industria automotriz, que cayó un 16,4% interanual; los metales básicos (que no figuraban negativos en el informe de la UIA de enero) con un -31,6%; y las gaseosas, que perdieron un 17,1%.