El camino para normalizar la CGT ya estaba trazado y, tal como aspiraba el gobierno, el plan apuntaba a consagrar una nueva conducción con un perfil aún más conciliador que el del triunvirato que actualmente conduce, al menos formalmente, la organización.

La idea era ungirlo entre mayo y junio o que, al menos, hubiera un sólido acuerdo para que el gobierno pudiera avanzar con la aprobación de las primeras leyes que conformaban el proyecto de reforma laboral. El ingreso de los proyectos de reforma el viernes último, cambia esta dinámica y obliga a la central sindical a tomar decisiones.

El gobierno nacional busca revertir así el naufragio de su plan cuando en la reunión de Consejo Directivo (CD) cegetista del pasado 5 de abril, Carlos Acuña y otros cinco barrionuevistas se negaron renunciar a sus cargos, paso necesario para decretar la acefalía de la central y dar pie al proceso de renovación de autoridades, según lo que dicta el estatuto, y garantizar la continuidad institucional.

El sector de los Gordos, liderados por Héctor Daer, y los Independientes, de Andrés Rodríguez y Gerardo Martínez, habían logrado esmerilar el poder de los Moyano e incluso sumar los 19 miembros (que luego llegaron a 31) del CD necesarios para reunir el quórum para convocar a la reunión de CD. El barrionuevismo, preocupado por los cargos que le reservarían en una próxima conducción, logró impedir que el proceso normalizador avanzara.

La reunión optó por recurrir a un cuarto intermedio de casi un mes para intentar generar los consensos necesarios para destrabar la negociación.

En ese período la jueza María Servini de Cubría nombró como interventor del PJ a Luis Barrionuevo, quien reactivó su relación con Hugo Moyano; los Gordos e Independientes se reunieron con las 62 organizaciones y referentes del MASA pero no hubo muestras ni señales de que la crisis hubiera encontrado un camino de solución. A la vez, la negativa de la Corriente Federal a encarar la institucionalización de una nueva central opositora alrededor del bloque del 21F clausuró un posible camino alternativo al moyanismo.

Sugestivamente, la convocatoria del próximo jueves, a diferencia de la original, no establece explícitamente que el propósito sea deliberar sobre los mecanismos de renovación de autoridades sino, apenas, la «reanudación de la sesión del 5 de abril». Dirigentes y voceros de diferentes sectores que intervienen en la central coincidieron en reconocer que las dificultades no han sido superadas y que incluso la reunión podría ratificar, por omisión, la continuidad del triunvirato.

Fuentes cercanas a uno de los miembros del triunvirato reconocieron a Tiempo que «se ha enfriado bastante la renovación porque no se han logrado definiciones ni consensos y la verdad es que, como están las cosas, por ahora el triunvirato es lo mejor que podemos llegar a conseguir».

Omar Plaini, actual secretario administrativo de la CGT y moyanista, señaló que «debatiremos ahí mismo. Primero tendremos que discutir si está agotado el triunvirato o no. Si no lo está, veremos cómo recomponemos la crisis interna y, sino, cuáles son las alternativas para un nuevo Consejo Directivo. Es cierto que el triunvirato a partir del 18 de diciembre perdió autoridad, es díficil que la recomponga. Pero cambiar nombre por nombre tampoco resuelve los problemas de los trabajadores».

Plaini señaló que «Camioneros deberá resolver si manda a Hugo u Omar Pérez y ratifica la renuncia de Pablo. Nosotros estaremos dependiendo en primer lugar en cómo nos posicionamos con este gobierno y si habrá un programa y un plan de lucha».

Por el lado de la UOM, fuentes del gremio confiaron a Tiempo que no van a participar pero que «seguramente habrá una estrategia conjunta de algunos grupos para condicionar a Daer que ya no va a ser el candidato. No van a convocar un Confederal si no tienen cerrado un acuerdo, pero el triunvirato igual ya está agotado. La CGT sigue teniendo el mismo problema: falta de credibilidad entre la gente e inacción porque no puede opinar siquiera de un tarifazo del 1600 por ciento. Nada cambió desde la reunión anterior».

Así las cosas, un posible desenlace sea el de integrar, de la mano de un acuerdo con Barrionuevo, a un Hugo Moyano con perfil bajo en una CGT conciliadora y oficialista. La variante ideal para Cambiemos. «