La Justicia del gobernador jujeño Gerardo Morales tuvo que volver a retroceder en su arbitrariedad. El juez Pablo Pullen Llermanos acató la acordada de la Corte Suprema de la Nación que lo obligó a restituir la prisión domiciliaria a la líder de la Túpac Amaru, Milagro Sala. La referente social fue trasladada ayer de nuevo al domicilio ubicado en la localidad de El Carmen, Jujuy, donde se encontraba detenida antes de que Pullen Llermanos decidiera revocar su condición de detención sin fundamentos sólidos y trasladarla a una cárcel salteña. 

En el entorno de la líder social cuestionaron también la última resolución. Sostuvieron que el propio pronunciamiento del juez habla de la «prisión ad hoc». Es que Morales había montado, ya el año pasado, un operativo inédito alrededor del domicilio en el que la dirigente volvió a estar apresada. Había solicitado camiones de gendarmería y otras medidas de seguridad que no se aplican a ningún detenido en esas condiciones.

El regreso de Sala a El Carmen no fue la única novedad. Pullen Llermanos determinó que, a partir de ahora, no podrá tener médicos que no estén matriculados en la provincia de Jujuy. Esto significa que no podrá atenderse con el equipo de médicos que coordina el exministro de Salud Daniel Gollán.

El magistrado había revocado la domiciliaria el pasado 7 de agosto. Lo había hecho con una notificación en la que no argumentaba los motivos por los que volvía a enviar a Milagro a la prisión, violando la decisión de la Corte Intermanricana de Derechos Humanos (CIDH) y de la Corte Suprema de Justicia.   

Los reclamos internacionales al Estado argentino por la detención de la dirigente social, detenida desde enero de 2016, comenzaron ese mismo año. Fue con el pronunciamiento del Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU, que consideró arbitraria la detención y pidió al Estado argentino que la libere «de inmediato». El Ejecutivo macrista consideró en ese momento que el pronunciamiento no era «vinculante». No acató el pedido y comenzó gestiones internacionales para revertir la posición del Grupo de Trabajo. Tuvieron que pasar varios meses. Hubo una visita de una comitiva de la CIDH al penal jujeño del Alto Comedero en el que se encontraba Milagro y a fines de julio de 2017 la Corte Interamericana se expidió sobre la situación de la dirigente social y solicitó al Estado argentino la «prisión domiciliaria» o «una liberación» con monitoreo electrónico. Días después la Corte Suprema de la Nación  ordenó a Pullen Llermanos que la líder de la Tupac fuera trasladada a su casa para cumplir ahí con la orden de prisión preventiva. «