Emanuel Ginóbili, con apenas 17 años, debutó en la Liga Nacional de Básquet en Andino de La Rioja. Jugó con 45ºC de calor en un gimnasio cerrado y toleró, como tantos otros, interminables viajes de micro alrededor del país. Sergio Hernández sacó campeón nacional y continental a Estudiantes de Olavarría, un equipo que ya no existe, como tantos más. Andrés Nocioni pegó el salto a Europa por su tarea en Independiente de General Pico, ya sin presencia en la elite local. Y así, siempre.

Pese a esas dificultades, y al colorido maquillaje que desde hace dos años le aplica a la difusión y marketing (objetivo: instalar la marca LNB) la nueva dirigencia de la Asociación de Clubes con Fabián Borro a la cabeza, la Liga Nacional continúa su marcha con problemas, algunos viejos y otros nuevos. Sin embargo, se mantiene como un certamen convocante (el segundo del país en deportes por equipos), es un semillero para ligas poderosas, aunque carece de una unidad que la haga más fuerte.

Ahora el problema se generó cuando la Asociación de Clubes decidió liberar el cupo de extranjeros con la intención de meter presión a los exagerados presupuestos que manejan algunos clubes en la contratación de figuras nacionales. Esto hace que sólo dos ligas en el mundo tengan liberado el cupo de foráneos por equipo: la LNB y la NBA.

La medida generó el enojo de jugadores y técnicos argentinos, y hasta de los miembros de la Selección, como los dorados Scola y Nocioni, quienes mostraron su descontento en las redes sociales con el hashtag #porunaligaNACIONAL.

La Asociación de Jugadores lideró un paro de actividades. Varios deportistas no asistieron a los primeros días de pretemporada y fueron sancionados por sus clubes. Pese a eso, el paro se levantó: «Después de haber agotado todas las instancias y mecanismos para modificar esta imposición y haber aceptado el pedido de la Confederación Argentina de Básquet para levantar el paro de actividades, nos sentimos decepcionados ante la falta de acción de la entidad madre del básquet argentino, que no solo no se expidió oficialmente ante la situación, sino que tampoco invitó al diálogo para buscar caminos de solución.» Este comunicado de la AdJ no hace más que dejar en claro que en el básquet argentino lo que falta, en realidad, es unidad.

De los 20 equipos en la LNB sólo uno rompió con el antiguo tope de tres extranjeros: Estudiantes de Concordia, que sumó a cuatro foráneos.

Mientras tanto, la 34ª temporada ya tuvo su salto inicial el jueves en Río Gallegos con el partido más austral del mundo entre el campeón San Lorenzo (ganó 94-72) y el recién ascendido Hispano Americano, que tendrá que viajar 3500 kilómetros cuando le toque ser visitante ante La Unión de Formosa. El Ciclón cambió a su plantel campeón –Penka Aguirre y Marcos Mata se quedaron–, y sumó a Gabriel Deck, de futuro grande en Europa o NBA, y a Selem Safar. Es el gran candidato. ¿Los rivales? Obras Basket y Gimnasia de Comodoro Rivadavia en el Sur, mientras que el Norte lo lucharán Quimsa de Santiago del Estero, Atenas de Córdoba y Regatas Corrientes.