A las naciones que ya habían implementado medidas de control migratorio por el éxodo de venezolanos a países de la región se sumó ahora el Ecuador de Lenin Moreno. Ese país será sede de una reunión de cancilleres de 13 naciones para tratar el flujo migratorio. En tanto, Quito endureció las normas de tránsito fronterizo, aunque no aplicó la medida de exigir pasaporte a venezolanos, luego de un amparo judicial. No fue lo que ocurrió en Perú, donde el gobierno sí aplicó esa medida a partir de ayer. Ambos países, junto con Colombia, tendrán mañana y pasado su anticipo de cumbre, en Bogotá, para tratar de manera conjunta la forma de abordar la situación. «El éxodo de ciudadanos venezolanos no es un problema exclusivo de Colombia, de Perú, de Ecuador o de un solo país, este es un problema de la región», dijo Christian Krüger, director general de Migración Colombia.

Las autoridades colombianas registraron más de 1,5 millones de venezolanos que ingresan y salen del país de manera constante para comprar medicinas y alimentos, y  calculan que al menos otros 400 mil permanecen como indocumentados. Colombia ha tenido mucha actividad militar y civil en las fronteras por este tema. Incluso convocó a la misión de Cascos Blancos argentinos, y recientemente el presidente Iván Duque firmó un acuerdo con el secretario de Defensa de EE UU, James Mattis, para el envío de un buque hospital estadounidense en «misión humanitaria» para ayudar a los colombianos, lo que generó el alerta en Caracas ante el fantasma de la intervención militar y forzó a aclarar al estadounidense que la nave «no llevará soldados».

Con respecto a Ecuador, las autoridades estiman que viven unos 200 mil venezolanos y se ha convertido en un país de paso para los migrantes que van hacia Perú, Chile o Argentina, en travesías de miles de kilómetros que muchos cubren a pie por largos tramos. En las últimas semanas ingresaron unos 2500 venezolanos por día, según cifras oficiales, y habrían crecido notablemente antes de que se aplicara la exigencia del pasaporte.

Por su parte, en Chile rige la exigencia de obtener una visa de responsabilidad democrática impuesta para los inmigrantes venezolanos que quieran residir en ese país. Se trata de una medida muy difícil de cumplir, según periodistas locales, y es la misma que se aplica a migrantes haitianos.

A su vez, según datos de la Policía Federal de Brasil, cerca de 70 mil venezolanos entraron a ese país el año pasado. De acuerdo con un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), un total de 17.865 ciudadanos provenientes de Venezuela pidió refugio en Brasil en 2017. Pero en lo que va de 2018, la cifra superó los 18 mil.

Mientras en Venezuela se inicia un proceso de medidas apuntadas a resolver la grave situación económica, que llevaron al vicepresidente de Comunicación, Jorge Rodríguez, a afirmar con optimismo que quienes se han ido «van a volver», por el supuesto buen resultado del programa, los países concertaron su encuentro para el 17 y 18 de septiembre en Quito. Están invitados Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, México, Perú, Paraguay, Panamá, República Dominicana, Uruguay, e incluso,Venezuela. «