Lorena Ozuna tuvo una vida corta: a los 16 años apareció muerta en un hotel de Firmat, en el sur de Santa Fe. Su corazón falló por el consumo de drogas que, se presume, le habían suministrado los adultos que estaban con ella en la habitación. Pero la justicia todavía no los imputó y caratuló el caso como “muerte dudosa”. Para el colectivo Ni Una Menos, que motorizó movilizaciones en la ciudad, se trató de un “narcofemicidio”.

El viernes 13 de abril, a la madrugada, el cuerpo de la adolescente fue encontrado en una de las habitaciones del motel JR, ubicado a la vera de la ruta provincial 3. Junto al cadáver había tres adultos y otro menor. El primer informe de la autopsia concluyó que no tenía rastros de violencia física. “Se corroboró que dos de los que estaban presentes le habían dado estupefacientes para que consuma. Lo que suponemos es que eso provocó la muerte. En base a esa presunción nosotros tenemos que tener el informe de la patóloga para resolver las situaciones procesales”, le explicó el fiscal a cargo del caso, Matías Merlo, al diario Uno de Santa Fe.

La semana pasada, la declaración en Cámara Gesell del otro menor que estuvo esa noche confirmó la responsabilidad de los adultos. De acuerdo a un vocero del expediente, lo único que falta es el informe del Instituto Médico Legal para dictaminar que Lorena murió como producto del paro cardíaco que le provocó el consumo de drogas, lo que obligaría a la fiscalía a cambiar la caratula.

“Estamos convencidos de que Lorena no murió en condiciones dudosas. Ella es una víctima más del poder narcofemicida del patriarcado que habita en la ciudad, aquel que mata a una joven de 16 años por sobredosis en un contexto desigual de poder y responsabilidad. Había personas adultas junto con ella. Las mismas personas que caminan hoy impunemente por la ciudad”, se lee en el documento que el colectivo Ni Una Menos Firmat y otras organizaciones elaboraron para exigir justicia.

Hasta el momento la causa no tiene imputados. Solo en los primeros momentos la policía demoró a dos personas pero fueron liberados luego de algunas horas. Se trata de un menor de 17 años y un hombre de unos 30, que sería familiar de la víctima. Los otros dos mayores –un hombre y una mujer– que estaban en la habitación son seguidos de cerca por la justicia y se espera que sean citados en las próximas horas.

“No necesitamos que haya marcas físicas para decir que Lorena murió por la violencia que ejerce el poder narcofemicida. Aquel que no sólo violenta a través de los golpes, sino que también tiene como propósito desigualar el acceso de nuestras mujeres, jóvenes, niñas y adolescentes a la Justicia, a la educación sexual integral, a la proyección laboral y de vida, al acceso igualitario de la salud y a los lugares de participación y decisión social y política”, remarca el documento elaborado por las organizaciones sociales.

En ese sentido, el colectivo Ni Una Menos exige a las autoridades locales “la prevención de violencias a las que están expuestas las mujeres en la localidad de Firmat”.

“Desconocemos ampliamente cuál es el marco de contención que el municipio tiene para las mujeres que están en situación de violencia de género. No decimos que no haya un espacio de atención, lo que no reconocemos es cuál es el modo, qué expectativas deberíamos tener, cómo articular el acompañamiento y de qué herramientas se disponen, qué trabajo se está haciendo y de qué manera se puede fortalecer la prevención del acceso de los pibes y pibas al consumo de drogas», concluye el comunicado.