La primera vez que agarró una guitarra fue a los 9 años. No mucho después compuso una canción que se llamaba «La cuerda de mi guitarra», en la que retrataba la historia de un hombre que se moría solo en su rancho, en el medio del campo. Ese hombre quería tocar su «encordada», pero no podía levantarse: hasta que la llegada de un viajante le dio la oportunidad de –moribundo– hacerle escuchar su última canción. «Me parece que ya vine con eso de fábrica. Mi oficio es el de cantante y compositora, lo vuelvo a elegir todos los días de mi vida y así será hasta el final», puntualiza Teresa Parodi con convicción y su acento correntino intacto.

Esta cantautora surgida del litoral argentino fue distinguida hace unos meses con el Premio Gardel a la trayectoria (reconocimiento que dedicó al movimiento de mujeres que está revolucionando el mundo y en especial a las guerreras que eligieron el arte para dar batalla por la esperanza). Pero este viernes en el Teatro Ópera Parodi hará lo que más le gusta en la vida: cantar y tocar canciones. Será una velada especial en la que la acompañarán la cantautora uruguaya Ana Prada (con quien construyó una dupla de importante desarrollo) y el creador chileno Nano Stern. El encuentro se dará en el marco del ciclo FestiBAl Otoño 2019.

«Con Ana nos conocemos mucho, trabajamos juntas siempre que podemos. Es muy interesante lo que hace y explota muy bien su carisma y su conocimiento de la música, así como también su sensibilidad. A Nano lo escuché por primera vez con Pedro Aznar y después sólo en un programa de televisión. Me pareció un gran instrumentista y tiene una manera particular de interpretar. Aprendí de muy chica a compartir el escenario con colegas y me gusta construir un diálogo permanente con las nuevas generaciones. Lo he hecho siempre y me sigue entusiasmando», confiesa. Parodi cree que este sur que compartimos tiene mucho en común y que es natural que se exprese en la música. «Muchos colegas chilenos y uruguayos me influenciaron en mi vida –destaca–. De Chile, Violeta Parra y Víctor Jara siempre fueron referentes. Alfredo Zitarrosa y Daniel Viglietti, desde Uruguay, me marcaron a mí y a muchos. Y bueno, lo que significa Mercedes Sosa en toda América es algo muy fuerte. Hay una memoria colectiva musical de nuestros países que nos une, hay algo entrañable que nos hace sentir parte de algo en común».

Parodi también subraya: «Tengo un respeto y una admiración particular por Ana y Nano. Somos hermanos y festejaremos juntos. Estamos atravesados por las mismas historias, nuestros pueblos –detalles más o detalles menos– pasaron las mismas penurias. Y no olvidemos las formidables mezclas que se dieron en la región que, creo, se notan en la música».

Para la cantante y compositora correntina la música es el lenguaje más maravilloso. «Es un vehículo para transmitir emociones, aunque no entiendas lo que se dice por razones idiomáticas. La palabra es fundamental, pero hay veces que no son determinantes. Más de una vez lloré o me conmoví escuchando cantar en guaraní o escuchando algo que no entendía, como cuando disfruté de la música de María Farantoúri, una extraordinaria cantante griega. La música tiene un poder de tocar fibras humanas muy íntimas. Alguna vez Andrés Calamaro dijo algo así como que la música es el único lugar donde nada te hace daño. No recuerdo si esas fueron sus palabras exactas, pero el concepto era ese y es maravilloso: la música es el mejor refugio para expresar sentimientos. La comunicación y el encuentro se potencian. Creo que es el lenguaje más rico que existe porque se comprende con el corazón», sostiene Parodi.

Su carrera tiene como punto de partida simbólico el Premio Consagración del Festival Nacional de Folklore de Cosquín en 1984. Desde la creación de su primer gran éxito, «Pedro Canoero», hasta la fecha, ha compuesto más de 500 obras que recrean la identidad de su pueblo y su paisaje, canciones que fueron cantadas por las voces más importantes de América e incluidas en sus 30 discos editados. Fue ministra de Cultura de la Nación y aún lamenta el terreno perdido durante el gobierno de Cambiemos. «Es una pena muy grande que no se apoye como se debería a todas las formas de arte que tiene nuestro pueblo. Creo que este proyecto político que nos gobierna ve la cultura como un gasto innecesario. Yo tuve la honrosa tarea de armar el primer Ministerio de Cultura de la Nación, por pedido de la entonces presidenta Cristina Fernández. Para eso, el Estado debe estar presente con políticas concretas para promover (subvencionando o subsidiando) el sentir del pueblo».

Parodi está muy atenta a los reclamos de equidad de las mujeres en todos los ámbitos y particularmente en la música. «Muchas quizás han dejado de lado este oficio maravilloso porque no lo pueden hacer al no animarse a ir contra todo lo que hay que ir, todas esas ataduras culturales y machistas que hacen de esta manera de vivir algo difícil para una mujer –reflexiona–. En mi época era raro ejercer esta profesión. Pero lo hice a pesar de tener cinco hijos y venir del interior: lo hice por convicción. Yo tuve referentes femeninos de mi género como Ramona Galarza o las hermanas Vera. Y me animé, no había manera (ni hay) de que deje de escribir canciones ni que me saquen la guitarra. Pero luché toda mi vida contra el rol impuesto para la mujer en la sociedad. Hoy por suerte el movimiento de mujeres que está revolucionando el mundo está organizado de una manera  extraordinaria y todo podrá cambiar para una verdadera igualdad de derechos. Por eso estoy a favor de la lucha por la Ley de Cupo Femenino en Festivales y me siento muy orgullosa por cómo luchan estas generaciones. La canción latinoamericana es femenina». «

Ana Prada, sensibilidad charrúa

Desde Uruguay, Ana Prada reflexiona sobre el encuentro tripartito. «Con Teresa ya compartimos algunos escenarios, un disco, venimos tocando hace tiempo juntas y siempre es algo distinto. Estar con ella es aprender todo el tiempo e implica un gran honor porque es una referente en la vida. Nuestros encuentros también son muy interesantes porque hablamos mucho del oficio. Nano es un divino y un gran compositor. Nuestras músicas se conjugan bastante bien y las energías de cada uno aportarán para formar algo nuevo. La idea siempre es hacer un show donde se toquen fibras sensibles de nuestra gente», dice Prada. Parodi, Prada y Stern cantarán solos, juntos, de a dos y de a tres. No faltaran versiones de Zitarrosa y Violeta Parra, entre otros grandes de la región. «Queremos mostrar cultural de nuestra región», asegura la uruguaya, prima de Jorge Drexler.

El factor Nano Stern

Su estilo reúne la trova, el folk y el rock: Nano Stern siempre disfrutó descubriendo sonidos e inventando estrofas para retratar lo que sentía. «Lo más importante que tenemos las personas es el encuentro de unos con otros, lo único que puede cambiar algo. El individualismo y el egoísmo son lo contrario a todo lo que la música representa para la humanidad, por eso me preparo para este encuentro con dos mujeres que admiro. Conozco su música hace mucho tiempo», dice Stern.

El músico trasandino destaca la emoción que siente por poder reunir su universo poético y musical con Parodi y Prada. Stern también asegura que no sólo representa a Chile, sino a toda una región. Por eso valora todavía más este encuentro que, estima, no se agotará en la noche del viernes 21 de junio.

Teresa Parodi, Ana Prada y Nano Stern, en el marco del FestiBAl Otoño 2019. Viernes 21 de junio a las 20:30 en el Teatro Ópera. Av. Corrientes 860.