Una hora después del horario para el que estaba convocada la sesión, Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados, la dio por caída por falta de quórum. La oposición no pudo articular los mecanismos necesarios para sentar 129 diputados en el horario establecido y habilitar el debate para suspender el tarifazo.  

Dentro de la lógica parlamentaria es obligación de quien pide la sesión asegurar el quórum. Sin embargo,y con parte de razón, la oposición cuestionó la maniobra del oficialismo, que contó con la colaboración del diputado salteño Alfredo Olmedo, quien tras recibir un pedido del bloque oficialista hizo uso de la palabra y pidió que se levante la sesión y luego se retiró del recinto.

La renovadora Graciela Camaño, que advirtió la maniobra como casi todos los presentes, le recriminó a viva voz la actitud al salteño y calificó a la maniobra como “lo peor de las vieja política”.Una vez caída la sesión y concluido el discurso de Camaño, Olmedo regresó al recinto y fue recibido por una lluvia de insultos. “Ha habido una maniobra absolutamente oscura. Lo han hecho en nombre de la transparencia y el cambio que pregonan. Esto es peor que el diputrucho”, sentenció Camaño en ese marco.

Después fue el turno de Agustín Rossi, titular del bloque del FpV y uno de los diputados que solicitó la sesión. “Los aumentos de tarifas hacen insostenible la vida de los argentinos. Si ustedes no lo quieren ver, no lo vean. Les va a pasar lo mismo que con la reforma previsional”, advirtió Rossi y agregó: “Algunos juegan al quórum. Que me voy que me quedo. ¿No ven que estamos hablando de la vida de los argentinos? Y no le va a pasar nada al Gobierno si le ponemos un límite al aumento de tarifas. No se va a caer. Buscará otra forma, otra política”.

Por su parte, el diputado del bloque justicialista Diego Bossio señaló: “Los radicales y el partido de Carrió, que no sé cómo se llama, plantean el tema pero cuando se tiene que discutir en el Congreso no vienen. ¿Cómo es?”