Natalia Obon, pareja del ex vicepresidente y actual senador Julio Cobos, decidió renunciar al cargo de Secretaria en la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza antes incluso de asumir.

La polémica que generó la noticia de su nombramiento en un cargo central de la justicia provincial pocos meses después de recibirse de abogada hizo que la ex asesora de Cobos decidiera correrse del centro de la escena.

“Sé que cumplo con los requisitos establecidos, que tengo la capacidad y las ganas para desempeñarlo correctamente pero también entiendo que se ha generado un manto de dudas sobre mis condiciones y sobre mi pareja, algo que no quiero ni puedo permitir por lo que he decidido declinar y no aplicar al mismo”, sostuvo en una carta pública.

Consideró que los cuestionamientos a su nombramiento tiene que ver con una “puja de poder” por su relación con Cobos, y en ese sentido, agregó: “Existió, existe y existirá una mujer con identidad propia por sobre el “es pareja de”. Soy y existo y me forjé más allá del hombre con el que comparto y transito el camino cotidiano”.

Obon es licenciada en nutrición y reciente egresada abogacía, que cursó  a distancia en la Universidad Siglo XXI. Este miércoles se conoció el nombramiento en la Cámara Federal mendocina que contó con la aprobación del ahora ex presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, antes de renunciar.

La carta completa de Natalia Obon:

Me veo en la necesidad de hacer algunas aclaraciones debido a situaciones comunicadas con alguna intención determinada, prejuzgando mis condiciones, capacidades y experiencias tanto laborales como académicas.

No es la primera vez que algo así sucede. Ya en otra oportunidad –al comienzo de mi actual relación de pareja- difamaron, dieron por cierto rumores, invadieron la privacidad, mencionaron asuntos absolutamente personales delicados y me descalificaron con información falsa; e incluso inventaron un embarazo y como si esto no fuera suficiente, hasta se habló de un aborto. Temas muy graves, tristes y lesivos. No importó el profundo daño familiar y personal que ocasionaron y por supuesto luego nadie se preocupó por desmentirlo ni rectificarlo.

De esa misma manera aunque con distinto tenor, hoy también manchan y desprestigian mi persona, la de mi pareja, la de mi familia y de miembros del Poder Judicial. Entiendo que determinadas situaciones se aprovechan para terciar en pujas de poder, intereses particulares y operaciones.

Existió, existe y existirá una mujer con identidad propia por sobre el “es pareja de”. Soy y existo y me forjé más allá del hombre con el que comparto y transito el camino cotidiano.

Egresé del secundario como Perito Administrativo Contable con medalla de primer promedio. Estudié carreras universitarias: la primera en Mendoza en la Universidad Massa dónde obtuve el título de Nutricionista. Posteriormente, en la Universidad Católica de San Juan egresé como Licenciada en Nutrición con promedio 9,40. Ya siendo mamá de mis tres hijas y divorciada, decidí iniciar mis estudios de abogacía en la Universidad Siglo 21 y con mucho esfuerzo logré recibirme en tiempo y forma con promedio 8,70.

Trabajo desde los 16 años porque siempre entendí que debemos forjar nuestro propio destino y lograr la independencia económica. Una vez recibida, trabajé en consultorios como profesional y durante diez años en una asociación con niños con síndrome de Down. Ingresé al Consejo Deliberante de la Ciudad de Mendoza, donde empecé mi segunda carrera universitaria a fin de enriquecen mi labor. Me desempeñé en la oficina jurídica y luego como secretaria de la Presidencia. Luego asumí como asesora en el Honorable Congreso de la Nación, gran y hermoso desafío no solo por lo que implica sino por la exigencia que requiere el área legislativa con diversos alcances, lo que me exige permanente actualización, estudio y capacitación.

Ha sido un verdadero honor que me considerasen para tan prestigioso cargo en la recientemente conformada Cámara de Apelaciones Federal de Mendoza. Sé que cumplo con los requisitos establecidos, que tengo la capacidad y las ganas para desempeñarlo correctamente pero también entiendo que se ha generado un manto de dudas sobre mis condiciones y sobre mi pareja, algo que no quiero ni puedo permitir por lo que he decidido declinar y no aplicar al mismo.