En el entorno de Sebastián Piñera candidato de la derecha –presidente de Chile en el periodo 2010/14– existe el deseo de que todo se resuelva este domingo 19 de noviembre. Ha encabezado desde el inicio de la campaña las encuestas, pero ese excesivo triunfalismo puede actuar como un talón de Aquiles. Una segunda vuelta, el 17 de diciembre, implicaría un esfuerzo extra, donde los candidatos presidenciales en carrera enfrentarán esa campaña sin el impulso de los aspirantes al Parlamento, que se renueva parcialmente este domingo. Desde esa perspectiva, el candidato de la derecha corre el riesgo de padecer la desventaja del caballo inglés, que es bueno para distancias cortas y no así para las carreras largas.  

De acuerdo a la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), Sebastián Piñera, de la coalición de derecha Chile vamos, se impondrá cómodamente en primera vuelta con un 42% de las preferencias, seguido por el abanderado de la Nueva Mayoría Alejandro Guillier con un 21% y la representante del Frente Amplio Beatriz Sánchez con nueve puntos; los candidatos restantes (cuatro de centroizquierda y uno de derecha ultraconservadora) miden menos del 5 por ciento. En el país trasandino, desde las elecciones de 2013, cuando fue elegida la actual presidenta Michelle Bachelet, la inscripción en los registros electorales es automática pero el voto es voluntario, lo que hace difícil predecir el nivel de participación electoral. En 2013, un 58% del universo electoral se abstuvo de votar. Las encuestas muestran que, a mayor participación, crecen las probabilidades de que haya una segunda vuelta. Si la participación es inferior al 50% del padrón, aumenta la posibilidad de que Piñera alcance la mayoría absoluta en primera vuelta. 

Por otro lado, en una eventual segunda vuelta la centroizquierda tiene que unirse, lo cual resulta complejo, dado que el Frente Amplio plantea en su discurso una renovación de la política, buscando así diferenciarse de las dos coaliciones que encabezan las encuestas y que se han alternado en el gobierno desde el retorno de la democracia. El Frente Amplio, es una organización política integrada mayoritariamente por jóvenes. Con respecto al núcleo duro que se abstiene de votar, uno de cada dos chilenos –también jóvenes en mayor proporción– el sistema político chileno aún no logra encantarlos, con una democracia regida por la Constitución de 1980 de la época de Pinochet a la que se han hecho reformas parciales desde el retorno de la democracia en 1990.

Lo que está claro es que el Piñera de 2017 no es el mismo del de 2010, su discurso ha girado más a la derecha, como el signo de los tiempos a nivel planetario, y amenaza con volver atrás las reformas alcanzadas en el gobierno de Bachelet con respecto a la gratuidad parcial en educación universitaria, por ejemplo. También nuevamente al igual que en las elecciones de 2013, la abstención logrará una primera mayoría relativa. «

* Docente de la Universidad de Buenos Aires y Universidad Nacional de Moreno.