Durante el amistoso que se jugará este sábado a las diez de la mañana, en Moscú, ante Rusia, Argentina estrenará la camiseta que usará durante el Mundial 2018. Será una remera con un celeste más claro que el que venía utilizando en los últimos años, en un modelo similar al de la Copa América 93, la última vez que la Selección gritó campeón, en un intento de que los caminos de la suerte, la gloria y la Argentina se vuelvan a cruzar.

Pero esa no es la única historia que esconde esta camiseta que lucirán Messi y compañía. La remera se confeccionó en la empresa textil Sedamil, en Trelew, que atraviesa un conflicto con sus trabajadores más allá de que tiene grandes clientes como Adidas y Nike. “Hace diez meses que está suspendida la sección de hilandería, donde trabajan 107 personas. En la otra planta de Sedamil, que es donde se hizo la camiseta, trabajan 350 personas que en los últimos meses recibieron suspensiones de una semana al mes, por lo que todos ellos perciben menos del 75% de su salario. Desde el cambio de modelo económico que ha abandonado la sustitución de importaciones que la situación de las textiles es grave”, cuenta Sergio Cárdenas, secretario general adjunto de la sección Trelew de la Asociación Obrera Textil.

Esos 107 obreros suspendidos podrían haber sido los encargados de hacer el hilado que diera origen a la camiseta de la Selección. Pero no. Por la aduana ingresaron más de 1.500.000 de kilos de hilado que se importó de Indonesia, China y Pakistán. “Ellos argumentan la falta de competitividad. Pero la realidad es que están suplantado el hilado que se hacía acá con el importado. Sedamil es una empresa de las más grandes del país, tiene cerca de mil trabajadores. Además de los 107 suspendidos de la sección hilandería, empezó a suspender en tandas a empleados de la sección tintorería, que es donde se confeccionó la camiseta”, explica Juan París, secretario general de la seccional Patagonia de SETIA (Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines).

Javier Yorio es delegado de Sedamil en la sección tintorería. Por sus manos pasó el armado de la camiseta que estrenará Messi en Moscú de manera oficial. “No nos llama la atención que la camiseta se haga en la Patagonia, porque acá tenemos luz, agua y luz y otros recursos que no tienen en otros lados. Tampoco nos sorprende que se haga en Sedamil porque es una empresa número 1. Lo que pasa acá es que los empresarios cuidan su negocio y achican gastos. Hace 20 años que estoy acá, siempre hemos tenido trabajo. Suspenden compañeros pero siguen llegando los pedidos, así es como se manejan”. Un reflejo del clima de época: la camiseta con la que Argentina buscará levantar por tercera vez la Copa del Mundo se hará con hilado importado.