Mientras presiona a la Ciudad para que dé marcha atrás con la apertura comercial, el gobierno de Axel Kicillof profundiza el trabajo territorial en busca de detectar casos de coronavirus para evitar repetir que la pandemia estalle como en las villas porteñas.

El plan que puso en marcha el Ministerio de Salud bonaerense en las últimas dos semanas se basa en la «vigilancia activa» y el «control de foco», y consiste en recorrer los barrios más vulnerables del Conurbano considerados «zona de riesgo» para detectar los casos a tiempo y evitar que se multipliquen de manera descontrolada.

¿Cómo se definen las zonas de riesgo? El gobierno trabaja sobre un mapa que entrecruza datos sobre la geolocalización de villas y asentamientos precarios elaborado por el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP), y la distribución de los casos de coronavirus en la provincia de Buenos Aires. Se trata de un panel de control en el que están mapeados los casi 2000 barrios populares bonaerenses en los que viven 423 mil familias. A partir de ese cruce de información, se determina en tiempo real dónde se concentra la mayor cantidad de contagios y por dónde existe circulación.

El operativo, que se realiza junto a Nación y el Municipio, es casa por casa: se entrevista a los vecinos, se les toma la fiebre y, si tienen síntomas que encuadren como caso sospechoso, se les realiza el hisopado y se los aísla derivándolos al hospital o al centro de aislamiento comunitario más cercano. El resultado está en 24 horas. En estos casos además se busca a todos los contactos estrechos del vecino para chequear su estado de salud y realizar vigilancia estricta en el domicilio de manera de frenar posibles contagios.

Hasta el momento, el gobierno recorrió los barrios La Paz y La Matera de Quilmes; Los Amigos y Sargento Cabral de San Vicente y La Fe de Monte Chingolo, en Lanús. En total, se relevaron 7164 casas y se entrevistó a más de 26 mil personas, detectando 25 casos sospechosos: uno fue confirmado y cuatro aún esperan el resultado. El resto fueron descartados.

En los próximos días habrá operativos en los barrios Villa Hidalgo, La Cárcova y La Rana de San Martín; en el barrio Libertad de Merlo, en el barrio Ibañez de Morón y también en La Matanza.

«Antes esperábamos a que alguien denunciara si tenía síntomas y ahora estamos haciendo búsqueda activa de casos. Es un trabajo exhaustivo y minucioso, persona a persona, es la única forma de controlar los incendios pero, si se multiplican mucho los focos, ya no tenés capacidad de controlar todo», señaló a Tiempo el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, y contó que funcionan «muy bien» tanto las llamadas al 148 como el trabajo de las organizaciones sociales que están en cada barrio y que realizan un monitoreo constante.

El funcionario precisó que hoy el tiempo de duplicación de casos en el Conurbano es de 28 días y que si logran mantener, e incluso ralentizar los contagios, no habrá pico. «Si se sostiene y cada día se reproduce más lentamente no va a haber un pico, va a ser una gran plancha. Ahora, cuando aumentan los casos, aumenta el riesgo. Si en lugar de tener 50 u 80 casos tuviéramos 300 casos –aunque desde el punto vista clínico lo podamos contener– habría mucha más probabilidad de que se nos escapen focos que no logremos apagar», sostuvo.

La «cuarentena light» que habilitó el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, al permitir la vuelta de muchos rubros comerciales, fue el tema de la semana y generó las quejas tanto del gobernador Kicillof como de los intendentes del Conurbano que temen una suba de contagios por la creciente circulación en el área metropolitana. Todos pidieron que revea la medida, más aun ante la suba de casos en los barrios populares de la Ciudad.

«El comercio mueve mucha gente, entonces, no queremos abrir locales comerciales en el Conurbano ni que se abran en CABA. Más aun, la Ciudad que tiene hoy once días de duplicación de casos. Si vos tenés el momento de mayor cantidad de casos, no es momento de generar mayor flujo (de gente)», explicó Kreplak y marcó las diferencias con la reapertura de algunas fábricas que sí permitió la Provincia con protocolos especiales: «Sí podemos abrir una fábrica de heladeras para todo el país donde trabajan 200 personas y sabemos quiénes son. La empresa arma un protocolo, los va a buscar en remís o combi, les da equipo de protección personal, les controla la temperatura. En un local que vende heladeras pasan 200 personas distintas cada día y no sabemos quiénes son».