Para analizar la última encuesta de la consultora Dicen, que se cerró el pasado viernes, hay que tomar distancia del bombardeo de la mayoría de los medios de comunicación, que intentan instalar que el kirchnerismo es una identidad política que terminó el pasado 10 de diciembre, una vez que dejó de estar al frente del gobierno. La perdurabilidad de lo que encarnó el Frente para la Victoria, su capacidad de influir en el peronismo y en la política en general, se definirá en gran medida en el terreno electoral. Para decirlo sencillo, si el kirchnerismo y su principal figura, la ex presidenta Cristina Fernández, tienen caudal de votos, seguirá gravitando.

La medición de la consultora dirigida por Hilario Moreno, que realizó más de 1200 casos a nivel nacional, arrojó algunas señales sobre estos interrogantes. Para comprenderla, lo mejor es posar la mirada sobre los antecedentes de la última elección. Los números se parecen bastante y muestran, entre otras cosas, que Sergio Massa volvería a estar condenado al tercer lugar.

A los consultados en la provincia de Buenos Aires, Moreno les preguntó a quién votarían en las próximas elecciones legislativas. La dupla de CFK y Daniel Scioli se ubicó primera con el 38% de las preferencias. El segundo lugar fue para Cambiemos. Una hipotética fórmula entre Elisa Carrió y Jorge Macri midió 24 puntos. Y el líder del Frente Renovador, según Dicen, apareció tercero. Recibió el 20% de las preferencias, en una fórmula con Margarita Stolbizer.

Se dijo: un elemento para destacar es que estos números se parecen mucho a los de la elección presidencial de octubre del año pasado. En esa jornada, el FPV ganó en la provincia con el 37,13 por ciento. Mauricio Macri sacó 32, 8% y Massa 22 por ciento. Excepto por los 8 puntos menos que hoy mide Cambiemos, el resto de la medición de Dicen parece un calco de aquella votación.

Según Hilario Moreno, uno de los fenómenos de los últimos dos meses es que Massa empezó a perder frente al macrismo. “El FPV viene apareciendo primero desde hace rato con ese núcleo duro que ronda los 35 puntos. El cambio que hubo ahora es que antes aparecía en segundo lugar el massismo, con 25%, y tercero Cambiemos. Esto se invirtió.»

«La sociedad está polarizada –agregó el consultor a modo de explicación–. Está divida en kirchnerismo-antikirchnerismo. Los que componen el núcleo duro anti K son los mismos que forman el núcleo duro que respalda al presidente. La estrategia de Massa, que quizás en algún momento funcione, es ubicarse en el centro de esos dos polos. Hay mucha gente ahí, pero no llegan a conformar una identidad política clara.

Hay peronistas enojados, personas menos politizadas, progresistas. Entonces no es tan fácil para Massa aglutinar al tercio de la sociedad que podría decirse que está en el medio de los dos polos.»

El núcleo duro M.

La medición que mensualmente realiza Dicen también pone el foco en la evolución de la aprobación de la gestión del Poder Ejecutivo y en la imagen del presidente Macri. Con casi todos los políticos ocurre que la medición de la imagen personal está por encima de la aprobación de su tarea al frente del Estado. Esto ocurre entre otras cosas porque en la imagen del dirigente, los consultados suelen evaluar también las “intenciones” que le adjudican al mandatario y no sólo los resultados. En esto, hay que decirlo, los grandes medios le han dado una gran mano a Macri. Cada vez que toma una decisión que despierta un importante rechazo popular, aparece una batería de explicaciones en las que el presidente se “equivocó”, pero nunca con “mala intención”. Siempre fue pensando en “lo mejor para los argentinos”. Estos slogans, que también repiten los aceitados equipos de comunicación del PRO, han blindado por ahora a Macri.

Por eso es que los datos muestran tanta diferencia entre la imagen de Macri y la de su gestión. A nivel nacional, según la encuesta de Moreno, la aprobación del gobierno de Cambiemos llega al 36 por ciento y la desaprobación al 44. Los 20 puntos que restantes son personas que por ahora prefirieron no pronunciarse, con lo cual podría deducirse que ambos datos podrían crecer. La imagen de Macri, en cambio, está muy por encima de su tarea gubernamental. La positiva, entre muy buena y regular buena, asciende al 52, y la negativa, entre muy mala y regular mala, al 43.

“Hace por lo menos dos meses que el gobierno se mantiene relativamente estable en estos valores. Perdió mucho de enero hasta junio y luego se estabilizó. Hay que remarcar que también existe un núcleo duro macrista. Son esos 36 puntos que respaldan lo que está haciendo el oficialismo en la gestión. Por eso, como dije antes, el escenario es el de una sociedad polarizada”.

El resto de las mediciones de imagen también parecen mantenerse estables, respecto del último sondeo de la misma consultora. Cristina mantiene una especie de empate entre la positiva y negaitva, mientras Massa sigue estando entre los más altos después de María Eugenia Vidal. «