No viven en una mansión, no pasean por la ciudad en limusinas y no toman champán todos los días. La realidad de los actores argentinos está lejos de esa imagen glamorosa y lujosa que durante años se intentó sostener. 

«Los actores formamos parte de la sociedad a la que pertenecemos y por ende padecemos las mismas cosas», dice a Tiempo la actriz y presidenta de la Asociación Argentina de Actores (AAA). La entidad que tiene 99 años de historia (y 13 delegaciones en todo el país) fue la impulsora de la Ley 27.203, que fue aprobada en octubre de 2015 y tuvo una reglamentación cuestionada. 

Conocida como la «ley de actores», les otorga los derechos básicos de todos los trabajadores: jubilación, licencia por enfermedad, accidente laboral, aguinaldo y asignaciones familiares. «Nosotros, como trabajadores, tenemos otras particularidades, estamos en relación de dependencia discontinua, eso nos hace diferentes a la mayoría de los trabajadores», explica Darín. «Recién con la ley del actor, que algunos se empeñan en defenestrar porque la desconocen o porque va en contra de sus intereses, nosotros podemos reafirmar nuestra condición de trabajadores que no va en detrimento de nuestra condición de artistas». 

La ley tuvo una reglamentación que no beneficia a los actores, por lo tanto fue rechazada y luego judicializada. «Trabajamos muchísimo y golpeamos muchísimas puertas para que entiendan de qué se trata nuestro trabajo, así se concretó la ley. Pero la reglamentación se hizo de manera contraria. La judicializamos y en dos instancias la Justicia dijo que teníamos razón. El Poder Ejecutivo la llevó a la Corte Suprema y ahí está en uno de los famosos impasses de la Justicia». 

El tiempo que transcurre a la espera de que se modifique nuevamente la ley juega en contra de los trabajadores del sector. «Empresarios de televisión nos presionan poniendo sobre la mesa cosas que hasta ahora no estaban en discusión ni figuran en los convenios, por ejemplo la cesión de imagen (ver recuadro). Mientras dure este impasse seguirán presionando. Lo más grave es que desfinancian nuestra obra social que es solidaria y reconoce los momentos en que uno no trabaja», expresó. 

Darín también se refirió a lo que sucede en el ámbito teatral. «El teatro independiente se mantiene gracias a la pasión de los teatristas. Ellos pusieron una sala y con los tarifazos los reventaron. En este tiempo, es muy difícil mantener una sala, eso no sólo pasó en el teatro independiente, también en el comercial que, si bien tiene otras reglas, igual se vio afectado». 

Multisectorial

Cineastas, productores, técnicos y guionistas confluyeron en la Multisectorial por el trabajo, la ficción y la industria nacional audiovisual. «Trabajamos en un proyecto de ley que abarque todas las problemáticas pero también con la idea de ayudar a los productores para que puedan renovar su tecnología. Nosotros no somos enemigos de los productores, es un trabajo totalmente conjunto». 

La AAA acompaña las actividades teatrales y audiovisuales en todo el país, y según expresa Darín, existe un cambio en lo que respecta a la participación gremial de los actores. «Todavía tenemos que debatir. No sé si porque soy hija de laburantes, pero siempre tuve conciencia de que soy una trabajadora. La ley del actor cambió el paradigma del tipo bohemio inspirado. La sociedad no nos ve como trabajadores, pero entre nosotros tampoco. Tenemos compañeros que nos han dicho ‘somos artistas no trabajadores’, entonces, tenemos que dar un debate muy grande. Nuestro sindicato es uno de los más antiguos en la Argentina y nació de un reclamo de los actores con más cartel. En aquel momento trabajaban de lunes a lunes y las cabezas de compañía pidieron tener un día de descanso, eso fue lo que originó el nacimiento de la Asociación. Entonces, no nos van a poder correr de la lucha ni de los reclamos».  «

Empresarios sin ganas de pagar

La reglamentación que se realizó sobre la ley de actores tuvo un inmediato rechazo, dado que no sólo no contempló algunas especificidades de la actividad sino que sumó items que favorecen a los empleadores. 

«Uno de ellos es la cesión de imagen», explica Darín. «Es inherente al actor y no está en convenio, pero fue un uso y costumbre poner en el contrato del actor un porcentaje por cesión de imagen. Ante este impasse de la Justicia con la ley, notamos que este año los empresarios de televisión empezaron a presionar con que quieren que reconozcamos la cesión de imagen separadamente del salario. Dicen que no es un problema de dinero pero al sindicato llegaron contratos que tenían hasta el 70% del salario como cesión de imagen. Lo hacen porque sobre eso no pagan ni aguinaldo ni vacaciones. Es una treta para pagar lo menos posible».