Javier Mascherano y Lucas Biglia fueron el corazón del equipo argentino en el Mundial de Brasil 2014, en la Copa América de Chile 2015 y en la Copa América de Estados Unidos 2016. Entre los dos conformaron el doble cinco titular en aquellos tres torneos en los que Argentina llegó a la final. Con esos antecedentes parece una ironía pero no lo es: la mayor sorpresa en el equipo que prepara Jorge Sampaoli para el debut mundialista ante Islandia es que Biglia y Mascherano volverán a compartir la mitad de la cancha. El equipo que tiene en la cabeza el técnico forma con: Caballero; Salvio, Otamendi, Rojo, Tagliafico; Mascherano, Biglia; Meza, Messi, Di María; Agüero.

Sampaoli suele repetir que el mediocentro es el jugador que define a un equipo. Cuando asumió como entrenador de la Selección, aseguró que Mascherano iba a ocupar un lugar en la zaga, como lo hizo los últimos años en el Barcelona. Por la mitad de la cancha, además de Biglia, pasaron Ever Banega, Guido Pizarro y Matías Kranevitter. Pero ninguno se adueño del puesto. En los últimos meses, el técnico cambió de libreto: sabe que por los jugadores que tiene, Argentina deberá tener un juego más directo y menos elaborado.

A principios de este 2018, el mediocampista que jugará su cuarto Mundial cambió el banco de suplentes del Barcelona por el círculo central del Hebei Fortune de China. Jugó todos los minutos en el equipo que dirige el chileno Manuel Pellegrini y fue el segundo en sumarse a los entrenamientos en el predio de Ezeiza, detrás del ya descartado Manuel Lanzini. Su experiencia y su perseverancia, aun cuando no estaba entre los preferidos de Sampaoli, fueron las cartas para ganarse la titularidad. Lo que más sorprende es que el tándem sea con Biglia y no con Giovani Lo Celso, como había probado el sábado pasado.

La única vez que el hombre de Casilda probó con el doble cinco histórico fue en el 1-6 contra España. Una de las conclusiones que marcó el cuerpo técnico en ese partido era, justamente, la enseñanza de que Biglia y Mascherano difícilmente volvieran a compartir la mitad de la cancha. Pero España no es Islandia. La lectura es que el rival del sábado no contragolpeará por las bandas sino por el centro. Y por eso optarán por un mediocampo fuerte, que ayude a la zaga conformada por Nicolás Otamendi y Marcos Rojo. El sábado, cuando la pelota empiece a rodar por el estadio del Spartak de Moscú, las especulaciones quedarán de lado. Y empezará la hora de la verdad.