Quien haya visto Los Simpsons sentirá inevitable la referencia con esta serie animada cuando lea que la Municipalidad de Córdoba estudia concretar un monorriel, “para descomprimir el tránsito”. En la provincia ya la empiezan a llamar “la Springfield argentina”. Mientras piensan este proyecto grandilocuente, la capital provincial se acaba de transformar en la ciudad con el segundo boleto de colectivo más caro del país. 

La idea del monorriel pasó de ser algo alocado, a entrar en una fase de avanzada. El intendente Ramón Mestre concretó una mesa de trabajo entre especialistas, asesores y funcionarios para analizar este medio alternativo de transporte, que iría desde la zona de Villa Allende hasta la avenida General Paz, un trayecto caracterizado por congestiones cotidianas.

Según publicó el medio Día a Día, de esa provincia serrana, el proyecto de estas vías en altura fue ganándole terreno a la idea original del subterráneo, desestimada por ingenieros y arquitectos cercanos a Mestre “por los costos, la geología y topografía de la ciudad”.

El principal impulsor es el ingeniero Oscar Milton Dapás, director de Obras Viales de la Municipalidad, que lo piensa desde 2011. Según dijo, investigó la demanda y elaboró un trabajo de tesis sobre la factibilidad para la construcción del monorriel, con conclusiones positivas.

“El Gobierno municipal tiene planos en carpetas gigantes y un trabajo de recopilación sobre cómo sería un monorriel, al estilo del que se usa en Colombia, como líneas alternativas al transporte de colectivos y con gran capacidad para llevar pasajeros”, señala el artículo del medio cordobés, y cita a un asesor del intendente: “El monorriel tendría menos impacto visual en altura y es posible por lo que se usa el coeficiente de fricción: las pendientes, las subidas y bajadas de Córdoba lo permitirían y sería algo amortizable”. En algunos puntos superaría los 5 metros de altura.

“Ya se arrojaron ideas sobre una mesa de trabajo en el máximo de los silencios con el objetivo de que este proyecto, hoy utópico, no sea aniquilado por intereses sectoriales y hasta personales”, confió otro de los que participa de los análisis. Y adelantó que trabajan en la reparación de una máquina que sirva de prototipo, para analizar la prefactibilidad. 

Según calculan, permitirá “transportar fácilmente de 200 a 400 pasajeros por formación, o 9 mil a 12 mil por hora y por sentido, ya que el monorriel elevado es ajeno a posibles situaciones de congestión vehicular”.

Al mismo tiempo que avanzan con esta idea simpsoniana, el intendente Mestre concretó la suba del boleto de colectivo urbano a 15,38 pesos, el segundo más caro del país, 52 centavos por debajo de Río Gallegos. Y se negó a reincorporar a conductoras de trolebuses despedidas por el municipio. 

Mestre es centro de denuncias desde hace años. Radical afín a Cambiemos, fue acusado desde el supuesto cobro de coimas en un plan de obras públicas relacionado al ex secretario de Obras Públicas, José López, hasta ser apuntado ante la Justicia hace tres años por el hoy ex embajador Luis Juez, que lo acusó de recibir dádivas de una empresa transportista. La pregunta que sobrevuela en la capital cordobesa es si la historia del monorriel tendrá el mismo final amargo y millonario que la serie de dibujos animados.