Los refuerzos que llegaron gracias a los más de 40 millones de dólares que se movieron en este mercado no son las únicas novedades de la Superliga que se reanudó el viernes y a la que le quedan 15 fechas. Los modificaciones también estarán en el banco de suplentes: con respecto a la última fecha que se jugó el 10 de diciembre habrá ocho entrenadores nuevos: Sergio Rondina (Arsenal), Eduardo Coudet (Racing), Gabriel Heinze (Vélez), Diego Dabove (Godoy Cruz), Facundo Sava (Gimnasia), Christian Bassedas (Olimpo), Sebastián Pena (Chacarita) y Cristian Ledesma (Tigre) . Que haya cambios de técnicos es una costumbre del fútbol argentino, pero la particularidad está en que muchos equipos apuestan por quienes tendrán su primera o su segunda experiencia. Para la mayoría del público futbolero son desconocidos.

En un informe del programa Paso a Paso, de TyC Sports, el cronista le preguntó a los hinchas de Defensa y Justicia cuál era el nombre de su entrenador. Ninguno de los cinco encuestados pudo responder. Se trata de Juan Pablo Vojvoda, ex lateral de Newell’s, a quien le parece «de lo más normal» que no lo reconozcan: además de la Lepra pasó por equipos del ascenso español y argentino. El caso de Vojvoda, que antes de llegar a Florencio Varela había tenido dos interinatos en Newell’s, es similar al de Leonardo Fernández (Rosario Central), Ezequiel Carboni (Lanús) y Diego Dabove (Godoy Cruz). Eran entrenadores de Reserva hasta que les llegó esta chance en Primera.

A esos nombres hay que sumarles el del Claudio Biaggio, goleador de San Lorenzo en la década del ’90, ahora a cargo del primer equipo después de haber sido el DT interino a fin de año pasado. El Pampa fue un futbolista reconocido, pero no se sabe cómo juegan sus equipos. Algo similar ocurre con el Lobo Ledesma, exvolante de River, San Lorenzo y Racing y flamante entrenador de Tigre.

Hasta hace algunos años, cada vez que el puesto de técnico quedaba vacante en un club siempre eran los mismos nombres los que giraban en la ruleta de la sucesión. Ahora, el abanico se amplió. Los dirigentes apuestan por nombres sin experiencia como DT e, incluso, sin tener un gran cartel por su pasado como futbolistas. «Es una cuestión económica –explica José Lemme, presidente de Defensa y Justicia, un semillero de técnicos–, buscamos técnicos que no sean tan caros. Si buscamos uno con mucho recorrido no va a ser acorde a lo que podemos pagar. Vemos el currículum, las referencias, las ideas que tienen y en baso a eso elegimos. Apostamos a la capacidad, no al cartel».

La nueva Superliga profundizó la distancia entre los equipos. Arsenal arrancará esta segunda mitad de la temporada 25 puntos debajo de Boca. Cuando el calendario de la pelota se dividía en Apertura y Clausura, o Inicial y Final, todos los cuadros arrancaban con la misma ilusión y el horizonte aparecía más cerca, a 19 casilleros. Hasta los más chicos soñaban con ser campeón. En los últimos quince años Arsenal, Argentinos Juniors, Banfield, Lanús, Newell’s dieron la vuelta olímpica. Ya resignados a la pelea grande, algunos dirigentes apuestan por este tipo de entrenadores. «Con Temperley nuestro campeonato es mantener la categoría. Era sabido que los equipos de mayor jerarquía iban a tener más chances por las posibilidades económicas. En los torneos cortos me ha tocado dar pelea con Arsenal o Huracán. Vos sabías que si arrancabas bien tenías muchas chances de ser campeón. Escuché que puedan volver los torneos cortos, ojalá sea así porque son más competitivos», cuenta Gastón Esmerado, que viene de dirigir a Guillermo Brown de Puerto Madryn en la B Nacional y ahora tendrá su estreno en Primera con el Gasolero.

En el ambiente del fútbol las tendencias y las modas tienen su peso. En los últimos años, se impuso la de apostar por entrenadores jóvenes que pongan la tecnología al servicio del equipo. En otra época, pesaba más la experiencia en el vestuario y el manejo de los grupos. El promedio de edad de los técnicos de Primera es de 42,2 años. Cuando arrancó la temporada de la Premier League, en cambio, sólo había dos entrenadores por debajo de esa edad. «Creo que tiene que ver con que hay algunos entrenadores que nos abrieron camino. Como puede ser Beccacece, Lavallen o Holan, que aparecieron sin mucho cartel y lo hicieron muy bien. Lo principal es que los dirigentes han abierto su visión, el abanico se amplió y ahora buscan otros horizontes. Tal vez miran Inferiores o Reserva, o el exterior. Pero es cierto que la tecnología entró, como en todos lados», explica a los 42 años Vojvoda, el hombre desconocido que se da el gusto de estar entre los 28 técnicos de elite en un país con 40 millones de entrenadores.