Quienes recuerdan con dolor los casi 40 años de dictadura franquista que sufrió España entre 1939 y 1975 ven con preocupación el crecimiento lento, pero sostenido, de Vox, el partido de ultraderecha. Lo sucedido la semana pasada en Andalucía debería disparar las alarmas de los partidos democráticos en un país que mantiene unas Fuerzas Armadas con gran poder en base al ingreso de la península a la OTAN y a su intervención en diversos conflictos, y a una Iglesia Católica que es la más conservadora del continente. Pero hasta el momento sólo el poderoso colectivo feminista parece haberse dado cuenta del peligro en ciernes.

Tras las elecciones de diciembre en Andalucía, los conservadores del PP y Ciudadanos, alcanzaron un pacto de gobierno para dirigir juntos la región más poblada de España, después de 36 años de hegemonía socialista. Ambos habían obtenido 47 de los 109 escaños de la cámara regional. Pero para alcanzar la mayoría necesitaban el apoyo de Vox, que sorprendió con casi un 11% de los votos y 12 asientos. El apoyo de Vox llegó después de que este partido suscitara un vendaval político con sus propuestas, entre ellas la derogación de la ley sobre la violencia de género, alegando que es ideológica, discrimina a los hombres y se presta a denuncias falsas por parte de mujeres «desaprensivas», y la expulsión de miles de inmigrantes.

El temor de muchos es que lo sucedido en Andalucía termine siendo un ensayo de laboratorio de lo que puede acontecer a nivel nacional. Si las elecciones legislativas se celebraran ahora, Vox obtendría el 13% de los votos, lo que otorgaría a los partidos de derecha mayoría absoluta en el Congreso .

El sondeo de Sigma Dos pronostica que el jefe de gobierno Pedro Sánchez,del PSOE, no podría mantener el poder a pesar de terminar primero con un 22,6% de los votos, menor al 26,3% que le daba la misma encuesta en julio. Esto otorgaría a los socialistas entre 92 y 96 escaños de 350 en el Congreso. Ni siquiera con el apoyo de Podemos y los partidos nacionalistas e independentistas vascos y catalanes sumaría mayoría absoluta. Estos partidos, que en junio apoyaron la moción de censura presentada por Sánchez contra su predecesor Mariano Rajoy del PP, obtendrían un máximo de 167 escaños, lejos de la mayoría de 176.

Al frente del gobierno más minoritario de la historia de España, Sánchez tuvo dificultades el viernes para aprobar el presupuestos de 2019, lo que hacía especular con unas elecciones anticipadas este año si no lo lograba.

Vox, que en diciembre obtuvo 12 de los 100 escaños repartidos en las elecciones regionales de Andalucía, conseguiría entre 43 y 45 diputados a nivel nacional. En la última encuesta de Sigma Dos, ni siquiera entraba en el Congreso. El PP, actualmente primera fuerza parlamentaria, quedaría segundo con 19,2% de los votos y la actual cuarta fuerza Ciudadanos quedaría tercera con 18,8%. Si estos tres partidos unieran sus fuerzas, conseguirían una mayoría absoluta de 189 diputados.

El resultado de Vox en Andalucía es la primera irrupción de un partido de extrema derecha en un Parlamento regional desde la recuperación de la democracia tras la dictadura de Francisco Franco.

Por eso, el colectivo de mujeres se puso en guardia ante la irrupción de Vox, que cuestiona las medidas contra la violencia machista, una causa nacional en el país.

Buscan «parar en seco los avances de las mujeres», denunció Ana María Pérez del Campo, figura histórica del feminismo español. «¡No daremos ni un paso atrás!», aseveró el miércoles, cuando el colectivo anunció una serie de actos contra Vox.

Vox reclama en su programa nacional la exclusión del aborto de la sanidad pública, la supresión de las cuotas paritarias en las listas electorales y de «organismos feministas radicales subvencionados».

«Siempre que se producen avances en la consecución de los derechos de las mujeres, se produce una importante reacción patriarcal», afirma la concejal socialista y presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro, recordando las manifestaciones de la derecha católica en 2010 contra la ley que facilitó el acceso al aborto.

Silvia Claveria considera que el movimiento antifeminista representado por Vox es diferente de aquel que también desfiló en 2004 contra la ley que permitió el matrimonio a parejas del mismo sexo. A su juicio, es un «sexismo más ‘moderno’ en el sentido que se considera que los hombres y las mujeres ya son iguales. Y como ya son iguales a los dos se les tienen que aplicar las mismas medidas».  «

El BBVA espió a todos

José Manuel Villarejo, excomisario de policía español famoso por sus técnicas de espionaje, volvió a sacudir a la clase dirigente de su país, al revelarse que el banco BBVA podría haber apelado a sus servicios para efectuar escuchas ilegales. Según la prensa local, el segundo mayor banco español habría recurrido al grupo Cenyt, vinculado al comisario Villarejo, en prisión desde noviembre de 2017 por presunto blanqueo de capitales.

De acuerdo con dos medios que suelen publicar las grabaciones clandestinas del excomisario, BBVA habría tenido acceso a miles de escuchas telefónicas a periodistas y personalidades muy influyentes del mundo político y empresarial. Las escuchas fueron realizadas en 2004, con el objetivo final de impedir que el grupo inmobiliario Sacyr entrara en el capital de la entidad bancaria. Entre los espiados, sostienen esos medios, se encontraban el por entonces presidente de la constructora, Luis del Rivero, y Miguel Sebastián, jefe de la oficina económica del entonces presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

El jueves, el banco confirmó que en junio de 2018 abrió «una investigación sobre la contratación y los servicios prestados» por Cenyt. Las informaciones publicadas en la prensa, «de ser ciertas, revestirían una indudable gravedad», declaró el BBVA.

José Manuel Villarejo, de 67 años, entró en la policía en 1973. Durante años grabó en secreto a políticos, jueces, empresarios y policías. Recientemente, sus audios pusieron en apuros al rey emérito Juan Carlos I y a la ministra Dolores Delgado, al verter sobre ellos diversas acusaciones.