Juan Pablo “El Pata” Medina es la expresión más brutal de una forma de hacer sindicalismo en Argentina. La supervivencia de sus modos se da dentro del ámbito que menos evolucionó en el mapa político del país de 1930 hasta hoy.

Si bien la mayoría del sindicalismo argentino abandonó esa costumbre de dirimir a tiros o en batallas campales sus disputas, la UOCRA en general y el “Pata” Medina en particular, cobijan aun esas viejas metodologías.

El dirigente bonaerense construyó casi a solas una estructura de poder al frente de la UOCRA platense al margen de cualquier otra referencia y alejado de Hugo Moyano en su apogeo y del titular de la UOCRA a nivel nacional, Gerardo Martínez.

El corpulento sindicalista que ayer arengaba a su tropa desde el balcón de la UOCRA La Plata tiene una trayectoria marcada, entre otras cosas, por episodios violentos y tiene a sus dos hijos procesados por la justicia: Agustín por abuso de armas, y su hijastra Marianela por instigación a la violencia. 

El que alcanzó mayor repercusión mediática fue la pelea que protagonizaron los afiliados a su seccional con los camioneros de Hugo Moyano en el traslado de los restos de Juan Perón a la quinta de San Vicente, en 2006. Aquel suceso, que incluyó disparos y corridas, expuso ante el público las diferencias con Camioneros.

Lo cierto es que en La Plata todos oyeron hablar de él. Por lo menos todos aquellos que pasaron por el mundo de la construcción. En ese, su mundo, el Pata tiene aliados incondicionales, los trabajadores. Sobre ellos construyó un verdadero imperio de poder en la capital bonaerense que hoy parece comenzar a caer.   

Otros de los hechos que marcan el celo con el que Medina defendía su territorio tuvo lugar durante la inundación que sufrió La Plata en 2013 cuando una patota atacó a los militantes de La Cámpora que se habían acercado a las zonas anegadas para colaborar los damnificados.

Los sucesos de este tipo protagonizados por Medina se remontan al año 2000. Ese año el dirigente fue filmado mientras amenazaba a un grupo de albañiles para que dejaran de trabajar en la ampliación de un supermercado, donde pretendía colocar a personas de su grupo. Al llegar la policía comenzó una refriega que dejó treinta heridos. El juez Guillermo Federico Atencio lo procesó por coacción agravada en septiembre de 2001 y pasó más de un año en la cárcel. Su seccional fue intervenida por la Uocra central de Gerardo Martínez. Pero al quedar en libertad, en 2003, Martínez y el gobierno provincial le permitieron recuperar el control del gremio.

En agosto de 2004, los obreros que trabajaban en el reciclaje de residuos en el Ceamse de Ensenada denunciaron que Medina había organizado un piquete para impedirles entrar en la planta, porque no formaban parte de la bolsa de trabajo de la Uocra. Fueron amenazados por hombres que poseían palos y llevaban cubierta la cara.

En 2008, el dirigente gremial, su hijo, su cuñado y 300 obreros de la Uocra se movilizaron hasta Ensenada para protestar por la decisión del municipio de realizar una obra de desagües pluviales contratando trabajadores de una cooperativa de desocupados. Medina pretendía que los obreros sean tomados de los listados que maneja el gremio y el incidente derivó en la toma del predio de la destilería de YPF.

El 29 de enero de 2014, Medina fue detenido por un control de tránsito en el kilómetro 307 de la Ruta 11, cerca de San Clemente del Tuyú por una infracción por adelantamiento en una curva, donde había doble línea amarilla. En lugar de colaborar con los controladores, cuando se le requirió la documentación del vehículo –una camioneta 4×4–, Medina se mostró agresivo: el líder sindical agredió al agente que intentaba labrar el acta. Su hijo, en tanto, fue más lejos y directamente golpeó y pateó al otro efectivo que estaba en el puesto de control. El resultado: le fracturó el peroné.

Tras el ataque, ambos intentaron fugarse. Desde el lugar, los policías notificaron lo sucedido y el vehículo fue nuevamente detenido casi en la entrada de la localidad de General Lavalle. La reacción esta vez fue distinta. Durante más de una hora y media (entre las 13 y las 14:30) los dos se atrincheraron dentro del vehículo. Esperaron a que llegara su abogado, que lo hizo en helicóptero.

En abril de 2016, en una manifestación realizada por trabajadores del Astillero Río Santiago, en Ensenada, el hijo del Pata Medina baleó a uno de los manifestantes. Por ese hecho, Agustín Medina fue imputado en una causa por “abuso de armas y lesiones”, que tramita en la UFI N° 5, a cargo de Leila Aguilar.

En mayo de este año, la hija fue procesada por instigación al delito. El fiscal de La Plata Marcelo Romero consideró que Analía Luján Medina instigó a un grupo de hombres a “dañar” una seccional policial. Esto ocurrió el 18 de septiembre de 2016: “Medina en persona amedrentó al personal policial allí presente y le profirió sucesivas amenazas”, dijo el fiscal en el procesamiento.