Tal como se preveía, la reunión que mantuvieron este viernes los funcionarios del gobierno argentino con los máximos responsables del Fondo Monetario Internacional no arrojó un resultado concreto.

El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, se sentaron durante poco más de media hora con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, y su segundo, David Lipton, en la sede del Fondo.

Respecto del encuentro con los funcionarios argentinos, Kristaleva dijo en la red social Twitter: «Reiteré nuestro fuerte compromiso en ayudar a Argentina y nuestro apoyo a políticas que allanan el camino para una mayor estabilidad y un crecimiento inclusivo y duradero».

El ministro Lacunza le dijo a la prensa que sigue su viaje por Washington que «la reunión fue el epilogo de las reuniones de trabajo de estos dos días».

Y desde Hacienda agregaron que «fue una buena reunión, constructiva. Todos los puentes están abiertos, el diálogo es permanente, el programa sigue en curso y se está cumpliendo».

Sin embargo, la frase oculta que este viaje no aportó certezas a las necesidades del gobierno y continúan las dudas sobre la continuación del programa stand by firmado con el FMI. Las indecisiones se hacen más evidentes en relación con la falta de desembolso del sexto tramo del préstamo que, por unos 5400 millones de dólares, debió hacerse a mediados de septiembre pasado y no tiene fecha aún.

La falta de esos fondos derivó en el uso consentido por el FMI de 7200 millones de dólares cuyo destino era el «fortalecimiento del presupuesto» y que se encontraban depositados en una cuenta especial en el Banco Central.

En una conferencia de prensa realizada en la tarde del viernes, el director del FMI para el Hemisferio Occidental (como identifica el FMI a América Latina), Alejandro Werner, detalló que en la reunión se trataron «a grandes rasgos» los temas de la relación común. Dijo que también se habló de «las medidas que se implementaron en agosto y septiembre», por el default selectivo de la deuda y el control de cambios que introdujo el gobierno.

Respecto de la marcha del stand by, Werner se respaldó en las palabras de Georgieva del jueves y ratificó que el Fondo esperará al resultado de las próximas elecciones generales antes de dar un nuevo paso concreto. «El contexto es que estamos esperando las propuestas con más detalle que estarán disponibles cuando haya un gobierno electo. Tenemos que hacer una evaluación integral de la política fiscal para poder dar una respuesta de la evolución del acuerdo. Tenemos marcos macroeconómicos de políticas públicas para dar respuestas», explicó Werner.

«Pasado el proceso electoral estaríamos en condiciones mucho mejores para dar respuesta a cómo serán los siguientes pasos», insistió el directivo del FMI.

Lacunza y Sandleris viajaron acompañados por el secretario de Política Económica, Sebastián Katz; el secretario de Finanzas, Santiago Bausili y el secretario de Hacienda, Rodrigo Pena (todos de Hacienda), además de la vicepresidenta segunda del Banco Central, Verónica Rappoport, y el gerente de Estrategia y Comunicación del BCRA, Mauro Alessandro.

Este grupo mantuvo reuniones con los funcionarios del FMI desde el miércoles. En ellas expusieron la situación económica y financiera argentina y apuntaron a obtener de parte del FMI algún tipo de compromiso sobre la remisión de los 5400 millones de dólares.

Lacunza resumió la situación con el FMI: «Vinimos como Argentina, más allá de la coyuntura electoral y nada más, no como un gobierno en particular sino como argentinos, a compartir con el Fondo nuestras proyecciones, nuestras ideas, nuestras políticas, y sobre todo para que, resuelta la incertidumbre electoral, no haya tiempo para perder en términos de proyecciones, números».