El rumbo de la industria y la construcción, planchadas por la caída de la inversión y el consumo y por el fuerte parate que se espera en la obra pública, empieza a anclar una actividad clave de la economía como la producción siderúrgica.

La Cámara Argentina del Acero (CAA) informó que en octubre la producción de acero crudo cayó 0,2% frente al mismo mes de 2017; la de hierro primario en tanto se retrotrajo un 3,7% comparada con octubre del año pasado.

El segmento laminados terminados en caliente subió 39,2% interanual pero cayó respecto a la producción de septiembre de este año. Estos productos se destinan a la producción agrícola, automotriz, a la construcción, a los ductos, a los recipientes a presión, a la línea blanca (lavarropas, heladeras y otros) y a la forja.

Y por último, los planos laminados en frío, que se utilizan para la fabricación de autos, maquinaria agrícola, línea blanca, envases y motores, se retrotrajeron un 3,1% respecto al décimo mes de 2017.

Detrás de las denominaciones frías hay insumos que se utilizan para la producción de las industrias y para la construcción.

La CAA destacó que los insumos siderúrgicos destinados a la construcción muestran un “alineamiento con la caída del nivel de la actividad”: persisten los envíos para obras en curso pero se plantea una incógnita de cara al futuro de un sector clave para toda expectativa de recuperación económica.

“El segmento automotriz tuvo un buen comienzo de año pero con caída de producción en los últimos meses”. Al margen de eso, las empresas destacan que la producción acumulada desde enero es positiva como las “apuesta” a las exportaciones, que volvieron a aumentar.

A la par, los insumos para la maquinaria e implementos agrícolas “continúan afectados negativamente en su nivel de actividad impactado por la baja de la demanda y a la espera que la nueva cosecha mejore las expectativas” destacó la CAA.

A contramano, el sector de la energía “continúa traccionando la demanda de manera sostenida” gracias a Vaca Muerta y otros yacimientos, pero los envíos para la industria de línea blanca “es uno de los sectores más afectados por pérdida de poder adquisitivo y falta de financiamiento”, lamentaron las empresas.

Y ese orden agregaron que la proyección de corto plazo “no es alentadora, pero no se prevé una mayor caída. El efecto de la devaluación y suba de aranceles (de 20% a 35%) para productos de lavado y refrigeración podría generar una rápida recuperación de la industria en cuanto repunte la economía”.