Después de que el presidente Alberto Fernández amenazara con aplicarles las multas que prevé la Ley de Abastecimiento, los fabricantes de insumos para la construcción reconocieron que no están entregando productos a los distribuidores y comercializadores del mercado mayorista y minorista.

El gobierno informó que pidió respuestas a 60 productoras de esos insumos e indicó que ya empezó a realizar inspecciones en la logística y los comercios.

El presidente del Grupo Construya, que nuclea a las fabricantes más importantes del rubro, Pedro Brandi, aseguró que las empresas arrastran problemas desde el primer tramo de la cuarentena, y que todavía operan en promedio con un 20% menos de personal debido a contagios de coronavirus. El empresario agregó que la demanda se mantuvo constante pese a las restricciones y consumió el stock que todavía no se pudo reponer. Además, desestimó problemas de especulación con el tipo de cambio.

Todo esto, argumentó la fuente, explica los faltantes, pero superado el tramo más crítico de la cuarentena, la actividad prosperó. El índice que elabora el Grupo Construya pasó de un nivel de 74 en abril a 410 en octubre, cerca del máximo histórico.

Controles

Tras registrarse los faltantes en un momento en el que el gobierno apuesta a la recuperación de la construcción como industria clave, el presidente, Alberto Fernández, exhortó a las empresas a responder a la demanda para evitar la Ley de Abastecimiento.

La normativa prevé multas que van desde los $ 500 a los $ 10 millones, un límite que «podrá aumentarse hasta alcanzar el triple de la ganancia obtenida en infracción».

El inciso b del artículo 5 de la ley contempla la clausura por hasta 90 días; el c, la inhabilitación de hasta dos años para el uso o renovación de créditos de entidades públicas; el d, el decomiso de las mercaderías y productos que son objeto de la infracción; el e, la inhabilitación de hasta cinco años para ejercer el comercio y la función pública; el f, la suspensión de hasta cinco en los registros de proveedores del Estado; y el g, la pérdida de concesiones, privilegios, regímenes impositivos o crediticios que estuviere gozando una empresa comprometida.

En el gobierno informaron que los inspectores de la Secretaría de Comercio Interior empezaron a recorrer los corralones de materiales la semana que pasó pero advirtieron que llevará un tiempo llegar a hipotéticas sanciones. Según la fuente, la razón tiene que ver con las características de los procedimientos. En primera instancia, un inspector puede hallar faltantes pero eso no alcanza para labrar un acta o para proceder con una sanción. Para eso tiene que constatar el desabastecimiento al menos dos veces.

Sin embargo, la dependencia del Ministerio de Desarrollo Productivo consignó también que en los últimos días realizó 60 requerimientos de información a distintas empresas, con lo que reconoció que ya identificó varias decenas de infracciones: «En distintas partes de los eslabones de la cadena se encontraron irregularidades. A los distribuidores y comercializadores se los está inspeccionando y a las empresas que fabrican se les pidió información puntual», indicaron a Tiempo. En los pasillos del gobierno afirman que el proceso «está encaminado» y que «se están esperando los plazos lógicos».

Confianza

En el mercado por ahora prima la tranquilidad. Según Pedro Brandi, hasta el viernes ninguna empresa del Grupo Construya había recibido pedidos de información. De cualquier modo, las empresas creen que el gobierno no avanzará con sanciones porque, arguyen, entiende el impacto de la coyuntura sanitaria. Además confían en la buena relación que forjaron al negociar Precios Cuidados.

Un caso paradigmático es el de la empresa Acindar, que fabrica insumos de acero que son claves para la construcción. La empresa del grupo Arcelor Mittal está sospechada de retener productos para especular con el tipo de cambio. Acindar no integra el Grupo Construya pero Brandi salió en defensa de las empresas que operan ese mercado: «Hay algunas industrias que por la naturaleza de su fabricación están más perturbadas que otras. El acero es uno de los insumos que tienen problemas de abastecimiento de chatarra. Con el parate de la pandemia el stock chatarrero se terminó y perjudicó el abastecimiento», planteó.

Desde ese ángulo el tema cambiario no constituiría un problema: «Las empresas vendieron poquísimo y con salarios y deudas para pagar no están pensando en especular. Acindar es muy grande pero hay que tener una billetera infernal para bancarse los sueldos de 2000 empleados que no trabajan», concluyó. «

Insumos

El desabastecimiento en la construcción podría extenderse al resto del aparato productivo. El tema fue tratado en la reunión que mantuvo el ministro de Economía con la cúpula de la UIA. El foco está puesto en la falta de insumos ante un fuerte crecimiento de la demanda.